viernes, 14 de septiembre de 2012

Necesidad de regenerar los partidos. Y la sociedad


Amar la política en tiempos de crisis. 5

Los partidos necesitan una regeneración democrática,  ya comenzada en la bases sociales de las izquierdas, eso representan los movimientos englobados en la marca 15-M, pero todavía pendiente de comenzar en los caladeros de las derechas que apoyan sin desmayo con mayorías absolutas a políticos corruptos, protegen tropelías y desmanes, solo porque son de los suyos. Las algaradas provocadas por derechistas jóvenes, adultos y viejos en las calles, comercios y bares, las broncas y amenazas,  en contra de las izquierdas municipales o autonómicas, porque usan tarjeta de crédito, por provocar déficit, por ineficientes, etc. etc. ocultan y silencian comportamientos similares de SUS gentes de otras ciudades cercanas o autonomías en bancarrota.

Se observan inicios de cambio en los conservadores, en algunos ámbitos intelectuales y en sectores económicos preocupados por la gravedad de la crisis y el fracaso del gobierno actual, que acelera el desastre y la destrucción del futuro por tanto incompetente en las filas del PP.

En las izquierdas hay derroche de energías sobre proyectos nuevos y refundaciones de la verdadera izquierda, -y/o verdes- que prestan excesiva atención a los aspectos ideológicos y a grandes proclamas utópicas, como si creyeran que ello es la causa de los errores conocidos y que por tanto a los nuevos partidos nunca les pasaría lo que a los actuales, nunca chocarían con realidades que les hicieran frenar y cambiar. Con ello parecen convencidos de que los errores han sido consecuencia de no ser verdaderos socialistas, o verdes puros, como si fuera una cuestión de errónea definición bíblica…

Pero en gran parte los errores proceden de comportamientos inherentes a los seres humanos que siempre se producirán, al margen de quienes ostenten el poder bajo el manto de cualquier ideología o religión por lo que el grueso de la actuación debería quedar más en los procedimientos democráticos concretos -Miren ustedes el espectáculo que está dando la lucha por el poder en la renovación de la jerarquía del PC chino, en donde se arrojan ejemplos de acumulación capitalista, de consumos lujosos y prácticas mafiosas de unos sobre otros- Gran parte de la solución habrá que buscarla en las formas organizativas, en la democracia participativa, en la posibilidad de intervenir en las deliberaciones y decisiones, en establecer mecanismos que permitan considerarse útil en la discusión y elección de políticas.

En este sentido, parece verse mayor percepción del problema en el PSOE que en otros partidos, quizás porque ha sido el único que ha sufrido las consecuencias de sus errores de forma altamente sonada. Los militantes, simpatizantes y electores, sus bases sociales, les han retirado apoyos de todo tipo, no solo los votos, dejándolo sumido en una profunda crisis que les obliga a pensar y debatir sobre lo perdido, lo cual no se ha producido en otros partidos que no se dan por aludidos ante los cambios necesarios a realizar, y menos en la medida que se aprovechan a corto plazo de la desafección y desbanda de votantes socialistas, por lo que creen haber encontrado la solución en la debacle socialdemócrata.

Faltan mas congresos y conferencias y sobran cargos vitalicios, o casi, -la visión de presidentes vitalicios en algunos países debería ser suficiente como para prescindir del calificativo de izquierda- sobran cooptaciones pensadas para tiempos de alta represión, faltan auditorías y explicaciones públicas, sobran políticos a sueldo desde jovencitos y faltan profesionales cercanos a los partidos.

Viejos partidos y nuevas opciones, creen que por ser distintas al partido gobernante estarán alejados de los peligros en los que este cayó, pero nada más lejos de la realidad, ya que padecen los mismos defectos, simplemente no ocupan parcelas de poder suficientes para hacerlos tan ruidosos. En los nuevos proyectos se observan parecidos errores globales, porque en el fondo pervive el problema de la participación colectiva, de facilitar la implicación ciudadana en los asuntos públicos, de poder exigir a los representantes, así en los nuevos también vemos culto al jefe de la secta, -un  exceso de fuerzas se destina para que hablen/actúen/opinen ellos- vemos poca o nula discusión sobre los asuntos, decisiones tomadas en ‘alguna parte lejana’, demasiado desprecio por el debate, por tanto imposibilidad de cribar ideas o comportamientos, dificultades para elegir o seleccionar, imposibilidad de influir en los estamentos partidarios…

Los cambios deben partir de potenciar medidas prácticas, que modifiquen aspectos concretos para que en la vida diaria sea posible influir en sus decisiones, que faciliten el debate y la permeabilidad (*) en todos sus niveles, de los afiliados, simpatizantes, votantes, particulares e instituciones.


‘’ El fracaso se manifiesta en la poca permeabilidad social, lo poco que influimos en los partidos, lo poco que influyen los partidos en el resto, lo poco que influyen los intelectuales en la sociedad, lo poco que quieren influir los intelectuales públicamente, los pocos debates que hay, en universidades y escuelas, calles y televisiones, en lo cerrados que son los partidos y todos nosotros…/…

El problema que yo veo es mas de renovación social que de otra cosa, los partidos los veo bastante muertos y mal dirigido su arsenal y fuerzas, se pierden en grandes programas etc. y poco en el funcionamiento diario. De qué sirve el programa PSOE, sus sueños e ideología, si el partido, la militancia, los órganos, se ha quedado mudo, ante un tipo, ZP con otros 2 o 3 ha podido hacer y deshacer sin que nadie diga nada. No han fallado los grandes temas, sino el funcionamiento interno lo concreto a ras de suelo. ‘’

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