lunes, 4 de diciembre de 2017

Una de las dos Españas

Corría mayo de 1937 y Azaña acabó de decidir el nombre de quien sería el último presidente del Gobierno republicano… El hasta entonces ministro de Hacienda se había formado principalmente en medicina, aunque posteriormente había estudiado química y economía… Negrín, perteneciente a una familia de comerciantes de Las Palmas, era un hombre ilustrado que hablaba seis idiomas. Se había formado en Alemania y era catedrático desde los 30 años. Aunque era un socialista moderado, un simpatizante del SPD alemán favorable al mercado (fue el primer suscriptor en España de The Economist), a las libertades individuales y contrario al comunismo, su relación con el PCE no era hostil…
El peso creciente de sus competencias políticas obligó al doctor a abandonar su carrera científica, decisión que lamentarían sus alumnos, pues Negrín, además de científico, fue un profesor muy querido por sus estudiantes, entre ellos el futuro Nobel Severo Ochoa…

Lograron hacer creer que España era Franco y Mola y el fascismo y la dictadura, lograron revivir la leyenda negra del imperio español, oponiéndolo a las democracias europeas, para ello ocultaron los fascismos inglés y francés, amén del alemán e italiano, ocultaron la explotación y los campos franceses, alemanes, belgas,… en África, el imperio inglés en el mundo o la reciente y repetida intervención militar británica durante años en Irlanda.

Lo peor de todo es que muchos españoles se lo tragaron. La secesión en Cataluña ha hecho aflorar la crisis en España, los nacionalistas periféricos han logrado que muchos españoles desafectos sigan sus postulados secesionistas, ello a pesar de sus ideales supremacistas, de su ideología católica tradicionalista-carlista y de su extendida práctica fascista.

Llama la atención que amplios sectores de población apoyaran objetivos neoliberales y siguieran considerándose de izquierdas, ¿cómo fue posible que durante años asumieran la creación de desigualdades primando a los supremacistas catalanistas? Un gran salto de progreso se produjo en el pasado cuando el futuro de una persona no se vinculaba a su apellido, daba lo mismo donde se naciera, todos con iguales derechos, defendieron los progresistas, desde hace 300 años, hoy ya no. Ahora en Cataluña ayudan que los apellidos catalanes tengan el monopolio exclusivo del poder ¿Qué pasó para que el racismo y el tradicionalismo carlista, cimientos de la ideología de los independentistas se extendiera con tanta facilidad?

Sobre todo llama la atención que quienes apoyan estas ideologías, objetivos y métodos se consideren progresistas. Muchas gentes son realmente de la izquierda reaccionaria, esto era un  hecho evidente, nada es lo que fue, la realidad vivida recientemente descubre aspectos que dieron contenido al concepto. Difícilmente puede considerarse progresista a quien defiende desigualdades, por no hablar catalán, por haber nacido en otra parte, por no apoyar mi religión… por crear fronteras, por apartar, despedir, despreciar, odiar, por violentar a los otros, por asumir como propia la representación del pueblo,… tampoco es tan difícil comprobar estos aspectos, solo mirando los apellidos de las élites políticas, económicas, sociales, se comprueba el inmenso peso catalanista y la ausencia de la mayoría de apellidos de los que nacieron y viven en Cataluña.

Un aspecto que explica lo anterior es el desprecio que existe por España y lo español en muchos sectores de población que data de la época franquista, pero los españoles, los catalanes, como todos los demás en todas partes y todas las épocas, la gente es diversa, y cambiante, solo existe la idea de pueblo homogéneo en el ideario populista, nacionalista, fascista. Igual que existieron los indios sioux y Toro Sentado, también el General Custer y el 7º de Caballería; en España el fascismo y también los anarquistas, la tradición carca y los liberales y republicanos…

Seguro que encuentran argumentos para justificar rechazar decir haber nacido en España, por no sentirse como los ultras, ni con la idea de que le asimilen a la España franquista, ni siquiera quieren ser rozados con símbolos que ven utilizados patrimonialmente por el PP, ni con ideas rancias de la patria fascista… Algo de ésto desarrollé en mi trabajo ‘Sobre el patriotismo democrático’. Ahora me quiero referir al desconocimiento de España y lo español al que nos hemos ido acostumbrando como lo normal.

El secesionismo catalanista ha captado enormes simpatías de no catalanes, lo acompaña el desprecio por el nacionalismo español que nunca hubo para los nacionalismos periféricos, pero los cabrones, fachas, explotadores, mea pilas, aristócratas, explotadores de esclavos negros, etc. etc. fueron  los mismos, formaban legión en toda la piel de toro y Europa. Olvidaron los fascismos francés e inglés, o el carlismo catalán y vasco navarro… fueron embellecidos por relatos de resistencia y nunca puestos en duda ni criticados en la España democrática, en la que lo español podía ser escupido, pero nunca lo catalán.
Por extrañas razones se ha considerado más democrático y progresista lo catalanista y lo vasquista,… un complejo de inferioridad se extendió entre la población española considerando que aquellos periféricos eran más modernos, más listos y productivos que el resto. Una gran mentira, tan falsa como los duros de madera.

Durante el siglo XIX y XX los intelectuales catalanistas han escrito cientos de páginas justificando diferencias, reales o inventadas, que les situaran siempre en lo alto del resto de españoles, -catalanistas preocupados porla raza catalana-. Esas razones supremacistas afloran desde hace 30 años acompañando el process, el desprecio y la violencia al otro, al español, que como todo despreciado y enemigo no se le reconocía conciencia de sufrimiento.

Volvamos al comienzo del artículo. Cuando hablen de España y los españoles, incluyan al último Jefe del Gobierno durante la II República, Sr. Negrín, y al Presidente de la II República, Sr. Azaña, y a todos los españoles que lucharon por la igualdad, la libertad y solidaridad. Y para comparar con la lista de catalanistas del XIX, citada anteriormente, facilito una serie de nombres de españoles que convendría conocer, de la misma época pero éstos son progresistas, regeneracionistas, ilustrados,… científicos, catedráticos, pensadores, escritores, colaboradores de publicaciones liberales, republicanas, socialistas, anarquistas,…


Leopoldo Alas Clarín, Rafael Altamira, Álvaro Alvarez-Buylla, Gumersindo de Azcárate, Pío Baroja, Eduardo Benot, Julián Besteiro, Vicente Blasco Ibáñez, Ignacio  Bolívar, Odón de Buen, Cossío, Joaquín Costa, Rafael María de Labra, Joaquín Dicenta, Pedro Dorado, Pedro Estasén, José Fernández Nonidez, Francisco Giner de los Rios, Augusto González Linares, Anselmo Lorenzo, Antonio Machado, Lucas Mallada, José Martínez Ruiz, Benito Pérez Galdós, José de Perojo, Adolfo Posada, Santiago Ramón y Cajal, Manuel Revilla, José de Rodríguez Carracido, Rafael Salillas, Nicolás Salmerón, Aniceto Sela, Luis Simarro, González Solás y Saavedra, Miguel de Unamuno, Federico Urales, José Ustáriz, Jaime Vera, Antonio Zulueta… son unos pocos españoles que chocan con esa idea rancia de lo español fabricada por algunos para intentar justificar su placentera supremacía moral/intelectual.

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