domingo, 29 de octubre de 2017

Catalanismo, supremacismo, fascismo. (3)

«El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido [...], es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. A menudo da pruebas de una excelente madera humana, pero de entrada constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes: es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña. Introduciría en ella su mentalidad anárquica y pobrísima, es decir su falta de mentalidad.»  Jordi Pujol, "La inmigració, problema i esperança de Catalunya". Editorial Nova Terra 1976.

El supremacismo aspecto esencial del fascismo: Para justificarse superior hay que justificarse diferente, así los catalanistas del XIX y XX tuvieron una obsesiva preocupación por encontrar rasgos que diferenciaran la, para ellos, raza catalana, del resto de los españoles. Lógicamente las distinciones les favorecían resaltando la raza catalana como superior a cualquier otra comparación española, para ello estudiaron diferencias en la genética, en la evolución, buscaron en el aire y sus compuestos, (Pompeyo Gener) parece que diferentes allí que aquí, en el suelo y sus materiales, (Miquel Coll) parece que diferentes allí que en Castilla,  buscaron en las mezclas migratorias, siempre tema recurrente en Cataluña y grave problema por su pequeñísima población y por tanto necesidad de inmigrantes, a los que había que colonizar interiormente…
El imaginario supremacista, su abrazo del imperialismo, (Prat de la Riva) les faculta para dirigir a todos los pueblos de la Península y del Mediterráneo, en su relato demuestra que fueron superiores en el pasado en cultura laboriosidad e inteligencia, por tanto sus leyes son superiores a cualquier otra, sus ideas son superiores a las del resto y ellos, no pueden vivir en términos de igualdad, tienen que ser dominantes, de hecho esta pulsión supremacista es la que invalida la salida federal para el 20% de catalanes independentistas, que solo quiere el trato de tu a tu, confederal o independizados. El choque con la realidad al no ser tratados como superiores, desarrolla por una parte un constante victimismo y odio a quienes se supone que lo impiden y no les reconocen, ese es el odio a lo español. Por otra parte, hace necesario alimentar sucesivos sueños liberadores.

Gente que hoy apoya el secesionismo desde las izquierdas lo hace influido por teorías favorables a la autodeterminación de los pueblos oprimidos, tomadas del pasado y cuya justificación se encontraba en una situación colonial, explotadora y represiva, carente de mínimas libertades y capacidad de decisión de los individuos, pero que hoy poco tienen que ver con la realidad de Cataluña. Aquellas ideas se dan de bruces con las poblaciones de la Unión Europea, y sin estudiar la realidad concreta, el aquí y ahora, tratadas de aplicar hoy se convierten en meros clichés. ¿Y si un día se dieran cuenta que apoyaron a supremacistas?

No han considerado que el movimiento nacionalista por la independencia, está sustentado en bases ideológicas y comportamientos supremacistas. El movimiento soberanista es transversal, sí, pero la base ideológica que le da cuerpo, el catalanismo, es una doctrina nacionalista con altos componentes de raza superior, que se desarrolló fundamentalmente en el siglo XIX y comienzos del XX. Hoy, en la Unión Europea, solo tiene el sentido de una regresión al pasado más reaccionario.

Las élites que dirigen el proceso hunden sus raíces en el carlismo catalán. ¡Dios, Patria, Rey! fue su grito básico y su objetivo la defensa del viejo orden señorial, entonces generaron las guerras carlistas durante cuarenta años,  la primera guerra 1833/40, la tercera 1872/76, para combatir el desarrollo del liberalismo, que en aquellos momentos era la expresión democrática. Aquellas juntas carlistas estaban dirigidas por la nobleza catalana, por sus obispos y curas, asumiendo la identidad religiosa más carca y el tradicionalismo. Años después fueron una de las columnas vertebrales de Franco en el golpe de  estado y guerra civil 1936/39.

‘’en 1837 y 1838 en la dirección del carlismo catalán coexistieron con dificultad nobles (el hijo del marqués de Sentmenat, el marqués consorte de Monistrol, el conde de Fonollar, el barón de Peramola, Fernando de Sagarra, José Ignacio Dalmau de Baquer - sobrino del obispo Guardiola- y Jacinto de Orteu, presidente interinoa la espera de la llegada del conde de España), eclesiásticos (Torrabadella, los canónigos Vilella y Milla, el vicario Sampons y el fraile mercedario Magín Ferrer) y letrados (Narciso Ferrer e Ignacio Andreu y Sans).’’ Gerifaltes de antaño. Los señores catalanes en el primer carlismo. Manuel Santirso Rodríguez /ES La Serreta. Rubí

En el terreno teórico podemos encontrar en una extensa pléyade de autores catalanistas una gran preocupación por las razas y la búsqueda de elementos diferenciales superiores de la raza catalana,  mostrando en su obra un conjunto de abundantes rasgos supremacistas.

A ello han sumado múltiples comportamientos fascistas, similares al nazismo, franquismo y fascismo italiano, desarrollando un catalano-fascismo de nuevo cuño, puesto en marcha desde hace muchos años apoyados por el poder catalanista, político, económico, ideológico, cultural…

No crean que la preocupación por la raza y el supremacismo solo fueron cosa del pasado, forma parte importante del sentir catalanista e influye poderosamente en el process, revisen los abundantes escritos de Jordi Pujol desde mitad de siglo XX. También pueden ver lo que escribirá en 1978 quien posteriormente fuera presidente del Parlament 1984/88, Miquel Coll i Alentorn.

 Miquel Coll i Allentorn ‘La naixenca de Catalunya’, Fundació Jaime I, Barcelona 1978, p. 28. Citado en ‘Racismo y xenofobia en el nacionalismo catalán’, edic. a cargo de César Guarde, Agon, Grupo de Estudios Filosóficos. Barcelona 2016.

 O pueden seguir a Oriol Junqueras, quien sigue preocupado por la genética de la raza catalana en 2008 escribiendo en Avui: "En concreto, los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses; y un poco con los suizos".

¿Qué harán en el futuro cuando se den cuenta de a quienes y qué apoyaron? no lo duden, ellos nunca dijeron o hicieron nada de eso.

En los últimos 150 años es muy difícil encontrar una lista tan amplia de españolistas, preocupados por la raza, y que en su obra aporten tan variados rasgos supremacistas. Aquí tienen un ejemplo de catalanistas:

Aiguader i Cortés
Jaume Anton
Almirall i Llozer
Valentí  
Armengou i Feliu
Josep
Ballester Canals
Joan
Batista i Roca
Josep Maria
Bofill i Torrents
Camil
Bofill 
Jaume
Bosch i Gimpera
Pere
Cambó
Frances
Cardó i Sanjoan
Carles
Cardona i Civit
Daniel
Carreras i Candi
Frances
Casas i Carbó
Joaquín
Coll i Alentorn
Miquel
Cortada 
Alexandre
Curet i Payrot
Francesc de Paula
d'esplugues
Miquel
Folguera i Poal
Joaquim
Gener Babot
Pompeu
Guimerá i Jorge
Angel
Lluhí i Rissech
Joaquín
Maciá i Llusa
Francesc
Maluquer i Viladot
Joan
Maragall
Joan
Martí i Juliá
Doménec
Nadal i Mallol
Hipolit
Par i Tusquets
Alfons
Pernau i Canals
Salvador
Pi i Margall
Francesc
Pi i Sunyer 
Carles
Pijoan i Soteras
Josep
Prat de la Riva
Enric
Puig i Cadafalch 
Josep
Puig i Sais
Hermenegil
Pujol
Jordi
Robert i Yarzábal
Bartomeu
Roca
J. Narcís
Rosell i Vilar
Pere Martir
Rovira i Virgili
Antoni
Sampere i Miquel
Salvador
Sants Oliver
Miquel dels
Sentís i Anfruns
Carles
Torras i Bages 
Josep
Vallés i Vidal
Emili
Vandellós i Sola
Josep Antoni
Vendrell
Ernest
Vilá i Estruch
Joan Baptista

Continuará...

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