lunes, 18 de septiembre de 2017

No se contentarán con ventajas

Ventajas nacionalistas; electorales, lingüísticas y económicas

No se contentarán con ventajas porque se consideran el pueblo elegido, al modo de Israel, y creían que este era su momento. La mayoría de los indepes creyó que había llegado la hora de la independencia que para ellos implica el poder absoluto, lo cual supone no compartir nada de soberanía. Irene Montero, Podemos, se equivoca cuando habla de la soberanía compartida con la que pretende aplacar el problema, supone no estar de acuerdo al PP. 

Pero la soberanía compartida es lo que existe ahora en el estado federal que es España, mejorable sin duda, la soberanía compartida está reconocida constitucionalmente, la soberanía compartida es la ejercitada por la Generalitat a diario desde hace muchos años en la enseñanza, sanidad, orden público, con gobierno y parlamento, etc. etc., por eso en los atentados de hace un mes aparecieron como un estado mientras el Estado quedaba tras el telón. 

Pero los indepes quieren la totalidad, la soberanía absoluta con la que sueñan como si estuviéramos en el siglo XVII. Soberanía compartida es la única posible en el siglo XXI, en un mundo globalizado y máxime en Europa. Un altísimo porcentaje de leyes y normas españolas son acuerdos compartidos con la UE, no son impuestos por Europa, puesto que formamos parte de su elaboración, pero nadie en su sano juicio hoy acepta otra forma de soberanía que no sea compartida, salvo los indepes. La ventaja que pretenden lograr ahora es la soberanía absoluta, así que Irene Montero, Podemos, quizás deberían hacer mayores esfuerzos en convencer a los indepes que gastar su tiempo en convencer al PP, C's y PSOE de este asunto.

La fórmula de café para todos, no hizo a todos iguales, se primaron algunas particularidades vascas y catalanas, para empezar, en el terreno electoral que configura el poder político en el Parlamento Español, les dotó de amplia influencia sobre el Ejecutivo y Legislativo, gozaron de sobre-representación en relación a los votos obtenidos. La idea de estado federal implica igualdad en los federados, y precisamente el café para todos, o la igualdad, casi pretendida, está en la base del problema actual. No aceptan ser iguales, así de claro.

Veamos un ejemplo de tres elecciones generales, extensible a cuantas se tomen como ejemplo, comparando CiU con IU, en número de votos y escaños de representación parlamentaria. En los tres casos, IU supera en mucho los votos de CiU, mientras que en todas ellas le asignan un número de escaños muy inferior, por lo que la representación política de izquierdas, su capacidad de influencia y poder institucional, es muy inferior al de la fuerza nacionalista de derechas. Igual sucede con las fuerzas vascas.


2000
2004
2008

votos
escaños
votos
escaños
votos
escaños 
I.U.
1.263.043
8
1.284.081
5
969.946
2
CiU
970.421
15
835.471
10
779.425
10

Los escritos secesionistas abundan sobre la represión política que padece Cataluña, también hay adecuadas críticas desde otros sectores a PP y PSOE por la sobre-ponderación de escaños que disfrutan, lo cual es cierto, pero de la misma manera es la nacionalista. Su participación en el Senado y en el Congreso siempre ha reiterado la frase de presentación ''los catalanes decimos...'' lo cual ha inducido a errores en mucha gente que fueron acostumbrados a identificar a los catalanes en su conjunto solo con la representación nacionalista. El resto de congresistas de otros partidos elegidos en Cataluña no tienen grupo parlamentario propio, ni empezaban sus parlamentos refiriéndose solo a una parte.

El sistema electoral les ha beneficiado desde el primer día, concentración de votos en pocas provincias pesan más que muchos votos dispersos, es conocido de sobra, beneficioso para ellos y perjudicial para aquellos otros partidos de ámbito nacional que no sean primero o segundo de lista. 

Las ventajas electorales nacionalistas son una de las causas y consecuencias de la asimetría de las relaciones España/Cataluña, -y País Vasco-en desarrollo económico, en financiación autonómica, etc. y destacable asimismo en la mayor permisividad general hacia los nacionalistas por sus acciones y opiniones reaccionarias.

El franquismo creó en diversos grupos sociales, anticuerpos españolistas, necesarios en la lucha contra la dictadura, pero que mantenidos hoy muestran una carencia de racionalidad muy poco progresista, dichos anticuerpos son alimentados permanente por la excluyente derecha, pero no solo es su responsabilidad, las izquierdas han regalado la Constitución a la derecha, las izquierdas han regalado España y su historia a la derecha españolista. Y se han echado en los brazos de nacionalistas periféricos, catolicístas, racistas y supremacistas, sin poner en cuestión los argumentos ideológicos de base que fundamentan la independencia, y eso es parte de la batalla política y forma parte de las soluciones políticas.

A pesar de todo no es justificable el diferente comportamiento hacia los nacionalismos periféricos, mayores simpatías cuando se trata del catalán y vasco que el mostrado ante los mismos hechos reaccionarios protagonizados por otros sectores, no se justifica la tolerancia hacia opiniones xenófobas y acciones opresoras y represivas realizadas por nacionalismos periféricos en sus territorios. 

Si reprimir por mostrar banderas cuatribarradas era condenable, también lo es cuando se persigue y queman otras banderas, si denunciable era la opresión hacia la lengua catalana, del mismo modo lo será cuando se trate de opresión a la lengua española, represión ampliamente ejercida en la sociedad y enseñanza en Cataluña.


Siempre cuidándolos, siempre cediendo, con la idea de buscar el mejor encaje... pero siempre olvidando a los otros catalanes, que ya no son solamente los charnegos, son todos los no independentistas, infra-representados en las instituciones catalanas, con una ley electoral que allí también favorece lo mas carca, los pueblos pequeños del interior sobre las grandes ciudades costeras. Pueblos del interior en los que precisamente era fuerte el tradicionalismo carlista, del que bebe en abundancia el secesionismo.

Los no soberanistas fueron apartados constantemente de la enseñanza, los medios de prensa, el asociacionismo, la política, el mundo empresarial, fueron perseguidos, amedrantados, zancadilleados, metódicamente desde hace muchos años con una política metódica, que los despedía de puestos de trabajo mediáticos, que los ponía zancadillas en las oposiciones, ...

El mito de un pueblo moderno y abierto, ha llegado a ser eso, un mito. Solo tienen que repasar apellidos en puestos de relieve de la sociedad catalana para comprobarlo, o empezar a escuchar a las voces que empiezan a extenderse hartos ya del clima de represión nacionalista. 

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