martes, 31 de mayo de 2016

Un vistazo a las próximas elecciones del 26-J

Jaime Miquel es uno de los mayores expertos demoscópicos desde hace 40 años en los que ha trabajado para todas las formaciones políticas, de izquierda principalmente. Podríamos hacernos una buena idea del futuro electoral tomando algunas de sus reflexiones vertidas en ‘La perestroika de Felipe VI. RBA’. En dicho libro publicado en 2015, con trabajos hasta 2014, mantiene la teoría de que existe una mayoría social emergente de ruptura que cifra en unos 8.5 o 9 millones de votantes que pueden determinar unos 100 diputados de los 350 del Parlamento. Eran momentos de rápido ascenso de Podemos como gran aglutinador de los rupturistas sin distingos de izquierda o derecha,-todavía no había surgido Ciudadanos-, de los 3.3 millones supuestos votantes a Podemos que daban las encuestas, 1.3 procedían del PSOE, 0.5 de IU, 0.5 del PP, 0.5 de otros varios partidos y 0.5 de la abstención.

La mayoría social de ruptura, con el bipartidismo, con el régimen del 78… irá creciendo cada año en función de la incorporación de nuevas cohortes de jóvenes que no logran entrar en el sistema y que tiende a expulsar los que están dentro, de ahí el interés de los nuevos partidos y protagonistas sociales por bajar la edad de derecho a voto, como el independentismo catalán que sabe contará con todos los votos nuevos. Esa mayoría social de rupturistas se consideran enfrente del sistema, en su gran mayoría no siente que su identificación principal sea izquierda/derecha, son gente sin dinero y sin recursos, sin trabajo estable, harta de corrupción, jóvenes que tienen asumido un componente generacional diferenciador, alto contenido tecnológico y/o utilización de redes, no se siente representada por los partidos tradicionales, ni por las instituciones, con enormes dudas ante el modelo territorial, que rechaza el actual sistema electoral, con formación estudiantil superior a las viejas cohortes…

Miquel, a partir de masivos datos demoscópicos, cifra los cuatro grupos en que divide a la totalidad de población española que se verán reflejados en los resultados electorales de este ciclo electoral; un 30% de abstencionistas; un 30% de bipartidistas PP, PSOE; un 20% de reformistas; y un 20% de rupturistas nacionales/estatales. Las grandes cifras de población española en 2014 contenidas en los cuatro grupos anteriores pueden sintetizarse en los siguientes apartados:
4 millones nacidos antes de 1938, los niños de la guerra.
9 millones nacidos entre 1939-1958, la autarquía.
9.5 millones nacidos entre 1959-1973, los reformistas.
20 millones nacidos después de 1974.

Del último grupo unos 12 millones de jóvenes mayores de 18 años representan algo más de un tercio del censo electoral. Todas las encuestas dicen que los votantes de Podemos y Ciudadanos tienen mayor nivel de estudios que los bipartidistas y la media de edad más baja, siendo la más alta la del PP, algo menor la del PSOE.

Mantiene que en España coexisten varios sistemas electorales en unas mismas elecciones generales, dada la diversidad territorial y el sistema electoral particular español que prima mucho más las zonas menos pobladas, rurales, que las más pobladas urbanas y que dicho sistema electoral predetermina mínimos provinciales. Analizado todo ello llega a la conclusión de que las encuestas deben verse en función de a) un escenario global, b) un escenario local, c) un escenario catalán, y d) un escenario vasco.

En los escenarios vasco y catalán tanto PP como PSOE han pasado a ser residuales, no así la mayoría emergente de ruptura, tanto Podemos como Ciudadanos, que cuestiona el poder a los nacionalismos. En el escenario Global y local, el PP y el PSOE pierden unos 200.000 votos cada año, el tiempo juega a favor de la ruptura. En la tesis de Miquel, cuyo espíritu es rupturista, en las elecciones del actual ciclo, ejemplo 20-D, ninguna suma daría posibilidad de gobierno que permitiera realizar las reformas necesarias para mantener el sistema. La perestroika debía ser realizada por Felipe VI –querido por la gran mayoría de los republicanos- con la suma de PP+PSOE, la gran coalición, solo ellos podían sumar, para dar paso a las siguientes elecciones en donde lo nuevo se impondría claramente a lo viejo, una vez reformado el injusto sistema electoral.

De los aproximadamente 36 millones de personas que conforman el censo electoral 2014/15, un 38% de los mismos viven en 500 ayuntamientos de población entre 10.000 y 100.000 habitantes, otro 38% vive en 47 ayuntamientos grandes, tienen población superior a 100.000 habitantes. Y un 26% viven en 7.500 ayuntamientos con población menor a 10.000 habitantes. Lo anterior debe condicionar las campañas electorales de los partidos, para que se dirijan fundamentalmente a los 47 ayuntamientos con mayor población, más las 52 capitales de provincia, además de incluir un número seleccionado de ayuntamientos medios de entre 30.000/100.000 habitantes.

Las contradicciones de la generación de ruptura son enormes, millones de individuos diversos y dispares se unen contra el sistema, aunque difieren en las alternativas. Pero en el grupo bipartidista las diferencias entre electorado y partidos son parecidas, por ejemplo si tenemos en cuenta el aspecto de estructura del estado, en el PP el apoyo al actual sistema autonómico, que defiende la élite del partido solo lo refrenda un 40% de su electorado. En el caso del PSOE el apoyo al modelo federal que defiende la élite socialista, sólo lo refrenda el 30% del suyo.

Estamos inmersos en una crisis de dimensiones colosales y la dispersión de los partidos nuevos y viejos no permite soluciones, las campañas electorales no variarán las bases materiales en las que se asienta la realidad, competitividad mundial, crisis demográfica, contradicciones europeas, deuda mundial, estancamiento secular, pérdida del trabajo, robotización y nuevas tecnologías... Los partidos viven influidos por los vientos cambiantes, la situación tremendamente diversa con gran disparidad de la población española, europea y mundial, que no conforma mayorías como ocurría años atrás. A la enorme debacle económica, que sigue y seguirá por unos años, se une la crisis política, institucional, de sistema de estado, de sistema electoral, la corrupción,… la necesidad de reformas es urgente para quien quiera evitar la ruptura y las cifras no cuadran para dar mayorías de gobierno que puedan acometer las reformas necesarias. Y si no se hacen tengan por seguro que empeorará y mucho la situación económica y política de todos los españoles.

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