jueves, 4 de febrero de 2016

El mito de la unidad de las izquierdas. (2)

La historia está jalonada de conquistas de libertad e igualdad, justicia y solidaridad, protagonizadas por las izquierdas.
Pero también contiene múltiples luchas fratricidas que protagonizaron.

Los siglos XIX y XX están bañados por la expansión del movimiento obrero en lucha contra la explotación y por un mundo nuevo; las luchas por los valores laicos, reconociendo al ciudadano como piedra angular de derechos y la separación de Iglesia y Estado, luchas por la libertad, igualdad y solidaridad, toman su mayor fuerza y empuje dentro de la lucha de clases; contra la explotación y represión nacen, se organizan y luchan las grandes corrientes anarquistas, socialistas y comunistas. Aunque las sufragistas existieron en el XIX, la lucha feminista cobrará un enorme empuje en el XX, el siglo de la revolución de la mujer, y tras la II Guerra Mundial crecerá el movimiento ecologista, ambos movimientos con similares prácticas de enfrentamientos internos y diferenciación de intereses volcadas en escisiones.

De cada corriente principal surgen unas cuantas que se diferencian entre sí, dichas corrientes secundarias a su vez alumbrarán múltiples organizaciones y grupos que se pelearán por ser los más puros en la interpretación de los textos fundamentales, al tiempo creerán ser los más eficaces luchadores para conquistar un mundo sin explotación ni represión… La unidad de la izquierda comenzará por contener tres o cuatro grandes corrientes: anarquistas, socialistas, comunistas –luego también feministas y ecologistas- que se irán fragmentando en otras varias cada una de ellas, que a su vez se irán escindiendo en multitud de grupos. Particularmente destacable es que todos los partidos o grupos, fueran grandes o pequeños, de hace cien años o diez, todos hablarán de crear la unidad de la izquierda; pero en torno a ellos. No toda la historia de las izquierdas se pierde en luchas internas, ni mucho menos, las conquistas sociales están unidas a fuertes luchas empujadas por partidos de izquierdas, pero conviene considerar  la experiencia histórica de momentos cruciales en los que la violencia interna entre las izquierdas se desató. Ello también forma parte de la experiencia resumida a continuación.

La Primera Internacional. El movimiento obrero tuvo un marcado carácter internacionalista que fue plasmado en la creación a mediados del XIX de la AIT, (1864), inicialmente con amplia diversidad de movimientos y tendencias, multitud de grupos se unieron. Marx tuvo un papel preponderante en su creación, en ella confluyeron socialistas y anarquistas, -inicialmente Proudhon por poco tiempo por fallecimiento-. Bakunin se incorpora cuatro años después, produciéndose múltiples luchas internas entre las dos grandes corrientes, hasta la expulsión de Bakunin pocos meses después de la Comuna de París de 1871. La Internacional se disuelve en 1876 sin haber logrado la unidad de las izquierdas, al contrario, provocando innumerables enfrentamientos entre socialistas y anarquistas, sin duda con argumentos de calidad desarrollados en una u otra acera por eminentes intelectuales.

La Segunda Internacional (1889-1916) el Primero de Mayo como fiesta de los trabajadores y el himno de La Internacional se deben a ella. Reduce la confluencia unitaria de las izquierdas a los partidos marxistas, lejos de hacer más sencilla la unidad partiendo de una sola gran corriente, mostró nuevas segregaciones, los socialismos se fragmentan en dos grandes corrientes, revolucionarios y reformistas, -Rosa Luxemburgo, Eduard Bernstein-. La Iª Guerra Mundial, aumentó aún más la desunión y los enfrentamientos al sumar a la identidad de clase, los componentes nacionales, provocando rupturas y violentas luchas entre las izquierdas.

La Tercera Internacional, o Komintern, nace tras la Revolución Rusa en 1917 hasta la IIª Guerra Mundial. Se creó por Lenin, nuevamente el mito de la unidad de las izquierdas se hace trizas por los combates de los partidos comunistas contra los socialistas y anarquistas de los países europeos al subordinar toda acción al bien supremo de la defensa de la revolución, en un solo país, la defensa de la URSS. Mientras en Europa nacen los fascismos. El Komintern impone a los partidos comunistas europeos la política de todos juntos, izquierdas y republicano burgueses contra el fascismo. En 1935 postulan el Frente Popular en Francia y España y vencen en las elecciones de 1936.

La Cuarta Internacional, nace en 1938, como consecuencia de la persecución de los comunistas hacia los trotskistas, (Stalin contra Trotski). Otra vez el mito de la unidad de las izquierdas queda arrumbado; cada nueva Internacional es sinónimo de una corriente de izquierdas menos, cada vez que se intenta nuclear y unir las organizaciones obreras a través de una nueva Internacional, implícitamente supone aceptar que la unidad de las izquierdas es un mito.

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