jueves, 28 de enero de 2016

Los ataques contra mujeres en Colonia. Visitas por la red

Brutal alegato que el ruido post electoral ha logrado casi apagar. 

La reacción negacionista de buena parte de las izquierdas europeas a los ataques machistas perpetrados simultáneamente en al menos 10 ciudades europeas por varones “musulmanes” fundamentalistas, señaladamente en Colonia, no sólo ha sido lamentable, sino reveladora tal vez de algo más profundo. Precisamente, ciertas izquierdas europeas sedicentemente radicales (“multiconfesionales”, “multiculturales”: postlaicas, en suma) que han ido abandonando en las últimas décadas el primer valor fundacional de la izquierda –el laicismo republicano— son objeto aquí de una crítica tan oportuna e inclemente como esclarecedora por parte de la conocida feminista y luchadora laicista argelina Marieme Hélie-Lucas:

Los ataques machistas coordinados en Colonia y los errores  eurocéntricos de una izquierda europea postlaica. Marieme Hélie-Lucas

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Un fenómeno de alcance mundial –el auge de una nueva cepa de la extrema derecha: por ejemplo, el fundamentalismo musulmán— no sólo queda justificado, sino que desaparece casi literalmente tras la cortina de la crítica de las reacciones que engendra. Cualquiera que sea nuestra posición respecto de la naturaleza y la deriva actualmente observada en esas reacciones, no deberíamos permitir que el fenómeno mismo se evaporara: en el mundo real, a diferencia de lo que ocurre en los discursos de la izquierda radical y de las organizaciones de derechos humanos, la negación de las cosas no las hace desaparecer.

Creer, ya sea por un instante, que un fenómeno político de alcance mundial podría estar determinado por el capitalismo occidental y sólo por él (cualesquiera que sean los regímenes y las formas de gobierno en que ese fenómeno aparece, los estadios de desarrollo económico y cultural de esos países, las clases y las fuerzas políticas en presencia, etc.) es una forma de megalomanía.

A lo largo de estos últimos treinta años, enterrar la cabeza en la arena no ha servido para frenar las crecientes exigencias avanzadas por los fundamentalistas de extrema derecha. Ni en Europa, ni en parte ninguna. Lejos de eso, el fundamentalismo ha surfeado a su buen placer sobre la ola de ocultación de su naturaleza política a través de su cínica explotación de las libertades democráticas y los derechos humanos.

Lo que anda aquí en juego va mucho más allá de los derechos de las mujeres: es un proyecto de establecer una sociedad teocrática en la que, entre muchos otros derechos, los de las mujeres se vean gravemente cercenados. La acción concertada que se desarrolló a escala europea el pasado 31 de diciembre y su abierto desafío al lugar de las mujeres en el espacio público juega exactamente el mismo papel que la inopinada invención del llamado “velo islámico”: es una exhibición de fuerza y de visibilidad.

Esa exhibición de fuerza puede verse coronada por el éxito, como en buena medida ocurrió con la imposición del “velo islámico” a las mujeres. El consejo ofrecido ahora por algunas autoridades alemanas [por ejemplo, la alcaldesa democristiana de Colonia] a las mujeres atacadas es buen indicio: adaptaos a la nueva situación, alejaos de los hombres (“a un brazo de distancia”), no salgáis solas, etc. En suma: someteos o pagad el precio de la insumisión. Si algo te ocurre, será por tu culpa, y advertida quedas...

Un consejo que trae a la memoria lo que solía decirse en los tribunales de justicia a las mujeres violadas no hace tanto tiempo: ¿qué hacía usted allí? ¿A esas horas? ¿Y vestida así? Un consejo que los predicadores musulmanes fundamentalistas harán definitivamente suyo...

Que la preocupación principal haya sido la de proteger a los victimarios, y no la de defender a las víctimas, es una variante de la habitual defensa de la violencia masculina contra las mujeres. ¿Hasta qué punto es una defensa del patriarcado o una defensa de la población migrante, de las minorías étnicas o religiosas? Cuando los intereses del patriarcado –que la izquierda no osa defender ya— pueden confundirse con la noble defensa de los “oprimidos” (cuyo prestigio, incluso para la izquierda, quedó algo tocado luego de los ataques de noviembre en París), no poca gente se siente cómoda.

Que a estas alturas se pueda todavía dudar del carácter concertado de los ataques simultáneos perpetrados a la misma hora contra mujeres en al menos 5 países diferentes y una decena de ciudades en Europa, le deja a una estupefacta. ¡Menuda muestra de mala fe y ceguera –o perversión— política!

Marieme Hélie-Lucas es una reconocida activista feminista argelina. Socióloga de prestigio internacional, ha sido la fundadora de la Red de Mujeres bajo la Ley Musulmana, así como coordinadora internacional de Secularism Is A Women’s Issue (El laicismo es cosa de mujeres).

URL de origen (Obtenido en 19/01/2016 - 13:51):
http://www.sinpermiso.info/textos/los-ataques-machistas-coordinados-encolonia- y-los-errores-eurocentricos-de-una-izquierda-europea


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