jueves, 25 de junio de 2015

Cocerse en la propia salsa. Divertimento en las redes

Hay estudios sobre redes sociales –Facebook- que demuestran que nos gusta cocernos en nuestra propia salsa. Fuera de Facebook, desde hace tiempo ya eran conocidos trabajos sobre la misma idea, los seres humanos nos rodeamos de afinidades e identidades grupales, nos gusta que nos reconozcan, nos reafirmen, reafirmarnos... no está mal, el problema surge cuando pensamos que esa es toda la realidad, cuando creemos que los que allí estamos no somos unos pocos y que el resto del mundo son muchos más. La gente revolotea en torno a sus propias ideas, mira, lee, atiende, las ideas similares despreciando aquello que le separa de su cosmovisión. ¿Recuerdan aquello de la rana?, si meten una rana en una cacerola de agua fría en ella se quedará, van calentando el agua poco a poco y la rana se irá habituando, casi sin darse cuenta… hasta llegar a cocerse; ahora bien si meten directamente una rana en una cacerola de agua hirviendo, ésta saltará despavorida y huirá.

El problema se agrava cuando funciona la emoción, la intención o el sentimiento de pertenencia al grupo; para no sentirse desplazado, a veces insultado y acosado, la situación propicia que se adoren las ideas  comúnmente aceptadas, que son aquellas que no generan enfrentamiento, lo cual paraliza debates al no cuestionarse nada, empobrece argumentaciones y va limitando el espíritu crítico sin darse cuenta, como la rana del cuento, poco a poco. Y además, esas ideas manidas no aportan gran cosa en los temas concretos de preocupación a las personas que frecuentan esos grupos o bandos. No es sencillo, no, el problema es francamente difícil de resolver en partidos políticos, grupos de amigos, listas de correos, redes sociales, colectivos, sindicatos, religiosos…

Naturalmente yo, como todos, frecuento varios grupos ideológicos cercanos, para relacionarme, comunicar y estar al día, además de tratar de pescar ideas sobre lo que se mueve en ese entorno. Pero desde mi juventud, en aquellas militancias marxistas antiguas, estoy acostumbrado a leer otras fuentes, opuestas y contrarias para conocer e interpretar, porque de dónde diablos podía uno obtener información económica en los sesenta o setenta, sino era de instituciones oficiales. Así que ahora de forma expresa dedico una parte del tiempo a buscar en otros caladeros, nacionales e internacionales, busco otras ideas e interpretaciones distintas a problemas que nos rodean, por eso entro en blogs, web, etc. teóricamente muy diferentes a los primeros y de los que me nutro abundantemente, confío en mis años y criterio para deslindar paja de grano.

Es ir un poco más allá de aquella vieja idea de leer varios periódicos, se trata de buscar otras fuentes, intelectuales, teorías, estudios, argumentos que puedan aportar algo sobre una cuestión concreta y no de casarse con ellos. Considero que ninguna página web o blog son un absoluto, al menos cuando yo las incluyo entre las recomendadas no lo hago para declararme seguidor absoluto de sus teorías, -al margen de que visito con frecuencia cientos de direcciones más de las que enlazo en mi blog-. Particularmente me gustan los autores que no absolutizan, si me cuentan una cuestión valoro más aquellas aportaciones que citan pros y contras, por eso algunos libros sobre regeneración democrática me resultan interesantes.

De muchos escritos se pueden sacar ideas sin necesidad de convertirse en seguidor de sus autores, pero nuestra especificidad española de limitar debates es proverbial; si ahora alguien saca informes sobre ineficiencia del AVE, enseguida se establece la trinchera, ¿quién lo dice? y ¿por qué? pasan a sustituir los argumentos de lo que dice… todos olvidan que hace muchos años, desde la izquierda más allá del PSOE oficial, se apostaba por otro sistema de ferrocarril rápido, sin necesidad de ser Ave cuyos costes con inasumibles, tardar 3 horas o 3 horas 10 minutos a un largo destino no era relevante en función de los costes.

Si alguien pone en cuestión el sistema electoral español, proporcional, debido a sus desviaciones que penalizan gravemente a los terceros o cuartos partidos nacionales, lo hará sin considerar las pegas de otros sistemas, los  resultados del mayoritario -en Reino Unido 4 millones de votos dan un diputado y 11 millones por encima de 300- no considerando otros aspectos como gobernabilidad, estabilidad, etc. , que no es que sean mejores o peores, simplemente no se consideran más aspectos que el que le interesa. Si pretenden declarar unilateralmente no pagar la deuda, omiten pensar en los costes aparejados, -tiempo atrás hubo muchos escritos, ahora desvanecidos, proponiendo el impago-.

Ahora un aluvión de declaraciones municipales pretenden resolver el ‘problema del paro en España’ olvidan que poco pueden hacer los ayuntamientos al respecto, -ojo, poco, no significa nada- . La gente se engaña, se cuece en su propia salsa voluntarista, no considera que el empleo tiene relación con la competitividad, nacional e internacional, que ello está relacionado con los salarios y precios de compras y ventas, tiene vínculos con el coste de la energía y su distribución, el empleo está relacionado con las comunicaciones e infraestructuras, con la fiscalidad, con la sencillez del entramado legal, olvidan que la competitividad se ve afectada por los tipos de cambio, por la moneda, el euro, que tiene relación con los tipos de interés y con las posibilidades de crecimiento del resto del planeta… en fin demasiadas parcelas fuera del marco decisorio municipal. Si se proponen nuevos modelos de desarrollo, o planes de empleo, etc. imposible hacerlo sin tomar en consideración múltiples aspectos desde muy diversos puntos de vista, sin olvidar que el lugar central de toma de muchas de las decisiones, ni siquiera de todas, es el Gobierno de la nación.

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