sábado, 30 de mayo de 2015

Municipales, Autonómicas. Las Generales son otro juego

Se abre una puerta de oportunidad, hasta las Generales de 2015, elecciones para las que faltan muchos movimientos y recorridos en todas partes, incluida la zona azul, el sistema de elección será poco parecido al de municipales. Se tratará de jugar otro partido con  otras reglas, la implantación territorial será clave ya que el peso de las provincias de poca población es superior al de las zonas densamente pobladas, en esta tesitura los dos grandes partidos están más implantados que los dos emergentes, lo cual en generales será vital para sacar buen número de diputados, y me temo que esto no lo recogen así las encuestas.

En el cuadro siguiente pueden ver las provincias que más pesan en unas Generales, los diputados elegidos en las 13 provincias más pobladas suponen 175 diputados, la mitad de los diputados totales que son 350. Quiere decir que casi veintiún millones de electores tienen el mismo poder de elección que el resto de casi quince millones que elegirían a otros 175 diputados. Menos de quince millones de electores viven en 39 provincias que tienen mucha importancia para conseguir mayorías en las Generales.

Los partidos que estén implantados en las provincias menos pobladas tendrán otras opciones, pero además se abre otro aspecto determinante en las elecciones, la concentración de votantes, de dicha implantación. En muchas de esas provincias que suman quince millones de electores, se eligen dos, tres o cuatro diputados, al implementar el sistema D’hont, de restos, la lista que quede tercera o cuarta puede quedarse fuera del reparto, sin nada, así que no solo es preciso tener implantación en todo el territorio nacional, además y muy importante hay que tenerla concentrada.


Ganar el gobierno central es mucho más importante que ganar cientos o miles de ayuntamientos, permite muchas y mayores políticas para intervenir a favor de la ciudadanía, sobre el paro, cambios legislativos, orientación de inversiones para modificar sistema productivo, reforma energética, mercado de trabajo, reforma de la Administración de justicia, reforma de las AAPP en cuanto contratación y regeneración, reforma local, reducción ayuntamientos, diputaciones, empresas públicas, afrontar un sistema de I+D+i, reforma sistema de transporte de mercancías, reforma fiscal, reforma empresarial, financiera, sindical, relaciones con la Iglesia, Senado, plan de competitividad, plan de saneamiento, etc. etc. y sobre todo habrá que poner en marcha urgentemente un programa de choque contra la desigualdad, pobreza y exclusión social.

El problema es que si la gente no visualiza cambios de aquí a entonces, será muy difícil que traspase la puerta; visualizar cambios no implica ver resueltos los problemas, para ello faltará mucho esfuerzo, faltarán pactos ampliamente consensuados, planes compartidos de empleo e inversión… faltará tiempo. La gente querrá visualizar algunos pasos en la dirección adecuada, así que es probable que haya que dejar aparte muchos sueños, no se trata de prometer revoluciones en meses, pero sí de ver movimientos. La peor noticia sería que los nuevos grupos y alianzas se liaran a conquistar el cielo quedando atrapados entre murallas legales y embarrados en batallas sin objetivos posibles a cortísimo plazo, los objetivos deben verse realizables en semanas.

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