martes, 17 de marzo de 2015

Limitaciones en la diversidad ideológica. En ambos lados

‘’No existe plena conciencia en España (incluyendo en sus círculos académicos) de las enormes limitaciones que existen en la diversidad ideológica de sus mayores medios de información, tanto en medios televisivos y radiofónicos como en prensa escrita en papel, limitaciones que son mucho más acentuadas que en la mayoría de países de la Unión Europea de los Quince, el grupo de países de la UE de semejante desarrollo económico al español. ‘’ Vicenc Navarro.

El párrafo corresponde a un artículo de Vicenc Navarro publicado en ‘Nueva Tribuna el 6/03/2015. Fundamentalmente el artículo refiere ejemplos de las recientes negociaciones griego-europeas, cuya conclusión general puede ser compartida, los medios de comunicación españoles presentan en general una postura anti Syriza. Ahora interesa resaltar del artículo la idea manifestada por el autor en su primer párrafo: No existe plena conciencia en España (incluyendo en sus círculos académicos) de las enormes limitaciones que existen en la diversidad ideológica. A lo que añadiría yo, también en los ámbitos progresistas o de izquierdas.

Lo que Vicenc Navarro destaca como característica de un sector de la sociedad española, es una particularidad que por desgracia afecta a la sociedad en su conjunto y se extiende a sectores progresistas o de izquierdas, sean individuos o grupos, partidistas o no. Somos un país con debates muy limitados, amantes del reduccionismo dicotómico de blanco o negro, amigo o enemigo, con poca libertad de expresión en cualquier acera ideológica; dice Navarro, ‘limitaciones que son mucho más acentuadas que en la mayoría de países de la Unión Europea de los Quince, el grupo de países de la UE de semejante desarrollo económico al español’.

En las redes y blogs de izquierda, la pertenencia al clan, el conocimiento y uso de sus códigos de lenguaje y de sus gurús, prefigura la aceptación inicial de individuos y opiniones que pueden encontrar serias dificultades para mantener la integridad de su imagen y/o ideas aquellos que se alejen un poco de las pautas grupales. Nadie de fuera podrá introducir opiniones contrarias, pero tampoco a nadie de dentro se le permitirá seguir un debate sin aguantar una lluvia de adjetivos, si pretendiera manifestar opiniones diferentes a las comúnmente aceptadas por el clan.

En los medios de prensa de izquierda no participa cualquiera, -pocos como Navarro, que forma parte de la élite, podrían hacerlo en varios medios diferentes-, cada cabecera nuclea a su grupo y da salida a la corriente defendida por dicho medio que se encargará de dificultar las opiniones del resto, incluidas las ideológicamente cercanas, pero no afines, ¡menudos somos de exigentes en la acera izquierda! La verdad la tenemos cada uno, está en nuestro grupo, y el resto son los equivocados, para muestra observen las múltiples candidaturas diferentes en pueblos y ciudades, todas de izquierdas, todas por la unidad, todas enfrentadas… lo cual tiene su reflejo en los medios de izquierdas que toman una o dos opciones y machacan al resto.

En las redes sociales y/o en asambleas de barrio cortan y cercenan, impiden toda posible discusión y argumentación que no esté en los códigos de ese grupo. Intenten hablar de la deuda y déficit, un problema real que tendrá que afrontar toda candidatura que se presente en municipio, Comunidad Autónoma o Estado, y la necesidad de austeridad pública para reducirlo. No podrá empezar a hablar, porque la receta, el mantra, es defender lo público que por alguna extraña razón se identifica con gastar más, y no mejor. No le dejarán explicar que mucho gasto público actualmente es improductivo y solo alimenta a corruptos, que habría que eliminar empresas que son nidos de amiguetes, y gastos suntuarios de representación o asesoramiento, etc.  ‘los portavoces de las derechas insultan, interrumpen, gritan y no permiten la expresión de argumentos contrarios a sus tesis’ dice Navarro, los portavoces de la derecha, y de la izquierda, añado yo.

Limitaciones en la diversidad ideológica? Intente decir en ambientes izquierdistas que es profundamente reaccionario que las fuerzas armadas de un país disparen a los manifestantes; que es una práctica profundamente fascista constituir grupos armados de civiles para atacar, secuestrar o matar a los opositores… intente decir que si aquí defendemos la limitación de mandatos por entenderlo progresista, -entre otras razones para evitar el clientelismo que alimenta la corrupción-  no podemos defender el poder indeterminado e ilimitado en otros lugares, queriendo encima mantener el carácter progresista a lo opuesto etc. etc. Si lo prefieren podemos dar una vuelta por los medios progresistas para ver sus limitaciones a la diversidad ideológica y comprobar ataques y apoyos a grupos y/o candidaturas mientras combaten las contrarias del mismo corte ideológico, y por supuesto todos ellos atacarán a El País, y/o la opción socialdemócrata. –En el artículo citado del Sr. Navarro salva de forma rara la presencia de Krugman en El País, olvida a Stiglitz, Estefanía, A. Costas…-

Son tantos ejemplos de rechazos, insultos, descalificaciones, o ataques que leo y escucho diariamente que prefiero no citarlos, pero cualquiera que viaje por la red podrá comprobarlos por todas partes. Así la crítica que hace Vicenc Navarro referida a los grandes medios de prensa nacionales es ampliamente generalizable a toda España y a nuestro nivel de incultura democrática, de respeto al otro, siempre en nuestra historia hemos pretendido vencer, derrotar totalmente, no convencer. En gran medida solo el nombre de quien habla o escribe, es suficiente para tomar posición, adjetivar, y dar por supuesto que la peña lo entenderá, lo que diga o escriba, sus ideas que debieran ser lo esencial, darán lo mismo, siguen su curso sin debatir.

Se lee o escucha solo lo que diga alguien del propio clan, y se maldice el resto, por cualquier razón en la que tuvo bastante que ver el azar, primero se elige ser de uno u otro grupo y posteriormente se toman posiciones que permitan reafirmar la decisión y justificar la pertenencia al club. Sentirse incluido en el grupo será la determinante principal para opinar. Así el espíritu crítico irá desvaneciéndose poco a poco, quedando reducido todo debate por muy complejo que pudiera ser a un simple posicionamiento en una u otra trinchera.

El problema es que lo anterior no es nuevo, durante el largo antifranquismo era notorio el desprecio y lucha de unos izquierdosos contra otros, todos queríamos construir el partido, en torno a nosotros, todos queríamos la unidad, en torno a nosotros, imposible eso de respetar y compartir la diversidad ideológica, ese comportamiento no existía entre los rojos. Si uno estudia la pista a los grupos, círculos y ambientes de izquierdas llegará a sus legendarias peleas hasta despedazarse durante la Guerra Civil hasta llegar a enfrentamientos armados. Si estudia el siglo XIX y comienzos del XX comprobará las luchas entre socialismos distintos, o entre anarquistas y socialistas o comunistas.  Así que lleva razón V. Navarro: ‘No existe plena conciencia en España (incluyendo en sus círculos académicos) de las enormes limitaciones que existen en la diversidad ideológica. A lo que añadiría yo, sucede, pero en toda la sociedad, en los ambientes de izquierdas también. El por qué ocurre es otra discusión.

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