domingo, 6 de julio de 2014

Agitando las izquierdas; mirando datos del CIS. 2


Una reflexión respecto de individuos y grupos alternativos de activistas, cuya participación es necesaria en esta sociedad, pero en la que todavía no encuentran su lugar de mayor eficacia política, el sitio más adecuado lo determinará la mayor capacidad de influencia en los cambios de calidad de vida de millones de personas. La idea anterior no suelen considerarla muchos activistas que en su práctica política apuestan a todo o nada, intentando el gran cambio revolucionario, ellos creen que amplísimas mayorías de población les siguen, lo cual está muy lejos de la realidad, como muestran las preferencias electorales elección tras elección y los datos facilitados por las encuestas, en este caso del CIS.

En esta segunda parte de cuadros volcados, se aprecia la gran cantidad de individuos fuera del campo de las izquierdas, 1 y 2, sin los cuales es imposible gobernar y menos contra ellos, que son la amplia mayoría de población, tampoco sería posible en una hipotética apuesta de todo o nada, salvo utilizando la fuerza bruta para someterlos. Ninguna fuerza extremista, en el entorno del 1 y 2 o en el de 9 y 10 puede gobernar en contra del resto, solo las fuerzas políticas que consiguen captar amplios intereses, y votos, entre las amplias mayorías de centro y centro izquierda pueden gobernar. 

De lo anterior se deduce que la pelea socialista por definir entornos mas izquierdistas parezca absurda dentro del PSOE, si con ello abandonan el centro, mas bien refleja nerviosismo, y tremenda confusión ante lo que les sucede. Similar significado tendría para Podemos si pretendiera encerrarse en la pelea por la izquierda con IU, o si no puede evitar que le encierren en esos entornos las críticas de la caverna, -es mucho esfuerzo y tiempo el que están dedicando a desenredarse de la madeja de temas etarras y venezolanos en los que están liándolos- para centrarse necesitan separarse o desprenderse de anteriores preferencias, que en todo caso lo serían de antiguos componentes y nunca del partido que es un ente nuevo sin definición explícita, si como parecen admitir sus líderes tienen la intención de gobernar. Una forma de hacerlo parece ser la insistencia de su líder Iglesias en utilizar el concepto demócrata o democracia para situarse dentro del sistema alejando otras ideas revolucionarias.

Otro ingrediente negativo se adhiere a esa forma de pensar, ser consecuentes con esa ilusión revolucionaria requeriría lograr el objetivo de ganar por eliminación del enemigo, única forma de implantar un paraíso. Un paraíso que aquí y ahora, está muy alejado de la realidad, además resta fuerzas que podrían ser valiosas destinadas para conseguir cambios necesarios a corto plazo en las vidas de millones de personas, cambios que seguro no serán los soñados por algunos, pero podrían mejorar las condiciones de vida y trabajo de amplísimas mayorías de población. Además realmente esos activistas y su contribución es necesaria para desatascar la situación de caída, ya que los partidos tradicionales de izquierda se encuentran agotados en la tarea de abrir caminos de progreso y defender la democracia dominada por demasiados poderes decisorios no elegidos.

Pretender la derrota total de los otros es perder esfuerzos

En la sociedad que vivimos es IMPOSIBLE que una opción política, ideológica o religiosa, arrase al resto, en la calle o en unas elecciones, no conseguirá anular o destruir totalmente a los otros. Este aserto, cuanto antes se meta en la mollera de todos, antes podremos vivir mejor, -la salida a la tremenda crisis política, económica e institucional que tenemos planteada será imposible sin entenderlo- todos, ganadores y perdedores, cuanto antes se convenzan de que no se puede aniquilar al contrario, antes podremos vivir con nuestras gentes y encontrar salidas concretas. Ni siquiera una guerra civil o de exterminio, consigue eliminar a los otros, nunca, en ninguna parte, entre otras razones porque dada una situación de partida, si aumenta la presión, aumentará la resistencia aumentado y diversificando los problemas, así que esperar a tener derrotado al enemigo para resolver los problemas de hoy, es un error.

En las elecciones una mayoría absoluta puede lograrse con un tercio de los votos, -ni siquiera se gana por mitades- por tanto un tercio podrá gobernar lícitamente, pero nunca debería olvidar que siempre, por muchos votos que obtenga sea cual sea la fuerza política que lo consiga, siempre tendrá enfrente a otros dos tercios de personas, en muchas ocasiones con diferentes intereses a los ganadores e ideas y criterios distintos. En otras ocasiones y durante el mero transcurso del tiempo, los intereses, ideas y criterios de ganadores y perdedores se irán mezclando transversalmente, buscando los puntos de salidas posibles, comunes, aceptadas.

Así que, cualquier equipo de gobierno o dirección política, partido grande o grupúsculo, debe entender que las fuerzas que le siguen nunca son mayores que las que tendrá enfrente, debe saber que intentar aplastar al resto y gobernar contra la mayoría del pueblo, no tendrá resultados positivos.

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