miércoles, 4 de junio de 2014

Monarquía. República. Referéndum. Los tonos grises

La discusión entre monarquía o república, en el terreno teórico, no tiene demasiadas vueltas. República es un sistema que implica participación popular, cada vez que se produzca una elección del jefe del estado y monarquía es un sistema hereditario cuyos atributos de la jefatura del estado pasan de padres a hijos. República tiene marchamo de modernidad, surgido cuando los seres humanos toman conciencia de igualdad y libertad y la ciudadanía conquista la soberanía para optar, y decidir. En definitiva, entablada la discusión en el nivel teórico, parecería tener poco recorrido puesto que la inmensa mayoría de población se decantaría por la República.

La política es emoción y sin duda la república gana por goleada en ese terreno, pero la política también debería tener altas dosis de racionalidad y entonces aparecen los matices, las cosas no son tan de blanco o negro, -progresistas los pro-referéndum y carcas los continuistas-, si descendemos a lo concreto aparecerán los grises. Una vez más, la discusión llevada a las trincheras en términos dicotómicos, taparía aspectos que podrían ser importantes. Se me ocurren algunos matices, sin orden:

   1)   Un referéndum es la consigna que se extenderá como la espuma, tiene mucha base, al margen de cuestiones legales, que son muy importantes, pero pueden pasar a segundo plano. La legitimidad del nuevo monarca Felipe VI siempre estará en entredicho, hasta no hacerlo. El problema es que mientras no se celebre más adeptos sumarán quienes lo apoyan.

   2)   Por otro lado, los referéndums se hacen para ganarlos, es difícil acordarse de aquellos en los que triunfó el NO, lo cual llama la atención sobre las negativas a implementarlo desde el poder legal, el coste que tendrán que asumir será alto, abrirán una nueva brecha de deslegitimación, cuando lo más probable es que solo abriría un debate sobre la jefatura del estado, monarquía/república hoy y aquí, que en absoluto garantizaría el triunfo de la opción republicana. Por el contrario su no celebración dejará la puerta siempre abierta a sacarlo en cada momento, ante cualquier problema o error, que no les quepa duda sucederán.

    3)   Por descontado, el desgaste que sufrirá el PSOE será enorme, mantener su postura basada en generar estabilidad en el sistema, les costará la suya propia, lo cual restará estabilidad al sistema en su conjunto. Los socialistas se desgastarán mucho más que el resto de fuerzas a derecha e izquierda. Sin descartar que en el próximo futuro el propio Felipe VI implementara alguna posible consulta, dejando con el culo al aire a quienes hoy la niegan.

   4)   Una república, o monarquía, tras un referéndum, no garantizan resolver el problemón del paro, ni menos desigualdades, ni un modelo productivo modernizado y adaptado a los retos globalizadores, ni mayores libertades o menor corrupción, ninguna de esas dos formas de elegir jefe del estado garantiza, ni siquiera acerca, los sueños de los miles de personas que se manifiestan en Sol o en cualquier otro sitio. Una monarquía o república no cambiaría a los españoles, seguiríamos siendo iguales que ahora, con similares porcentajes de opinión y voto, y similares relaciones de poder.

   5)   En el mundo actual, los regímenes republicanos no son más progresistas que los monárquicos. Hay sociedades altamente democráticas cuya jefatura del estado es un rey y sociedades dictatoriales cuyo jefe de estado es un presidente republicano. Tanto unos sistemas como otros, dependerán del bloque de normas si son constitucionalistas, parlamentarios, dependerán de los poderes otorgados a las jefaturas de estado, dependerá de los controles sobre ellos, de su transparencia, de su utilidad…

    6)   Tampoco los regímenes republicanos son más baratos, ni garantía de mayor empleo o mejor desarrollo económico, ni de avance en las libertades, ni sus ciudadanos tienen mejor calidad de vida, que aquellos que viven en regímenes monárquicos. La lista de países republicanos, pobres, desiguales, dictatoriales, etc. es muy amplia.

   7)   Hay repúblicas de muy diverso tipo, como hay monarquías absolutamente distintas entre sí. Parece que los seres humanos en general se decantan por una constitución en función del conjunto concreto de leyes y normas del sistema o régimen político más o menos garantistas, sociales… y un poco por el devenir histórico. El azar de nacer/estar en tal o cual país con historia monárquica o en nuevos estados determinará en muchas ocasiones.

   8)   El devenir histórico aflora una curiosa contradicción para los nacionalistas, siempre prestos a apoyarse en la tradición e identidad histórica, su hilo argumental les llevaría sin remisión a defender las monarquías que sustentaron supuestas glorias pasadas en las que hincan sus raíces. Nacionalistas republicanos que tienen basamento, su anclaje histórico, en monarquías pasadas, parecerían encajar mejor en la defensa monárquica y se consideran republicanas.

   9)   ¿Se imaginan una III República española presidida por José María Aznar? Siendo presidente de gobierno Mariano Rajoy. Es lo que hubiera ocurrido en España, de existir ese régimen político hace unos años, no lo duden. La burbuja inmobiliaria y de crédito hubiera sido similar, la crisis del euro también, la corrupción, las leyes regresivas etc. etc. Ejemplos cercanos, Italia o Francia, o Grecia y Portugal –jefes de estado o familiares tampoco están en la cárcel, etc. si quieren mirar más lejos hay repúblicas con jefes de estado perennes o que se pasan el poder entre familiares, que acumulan propiedades del estado, que nunca van a la cárcel, etc.

    10)               Seamos sinceros, queremos una república, con las leyes que nosotros decidamos y presidida por quien digamos -y dos huevos duros-. Pero, si empezamos a construirla incluso con la gente que está cerca de nosotros con la tricolor en la mano, y preguntamos ¿con qué leyes y acciones concretas? seguro que tienen ideas distintas a las suyas respecto a casi todas las normas fundamentales, incluido el derecho a la secesión, que no contempla ninguna constitución –una- y que tampoco contemplaba la Constitución de 1931, o respecto a la enseñanza si solo pública o también concertada, etc. etc.

   11)               No es cierto que sea solo una opción con marchamo izquierdista, además de muchos mayores, hay millones de jóvenes que quieren una república, muchísimos de los cuales son derechistas, conozco algunos que son católicos, otros laicos, unos son extrema derechistas, otros conservadores sin mácula, otros izquierdistas, y revolucionarios, los hay que defienden el aborto y los que lo niegan, los hay defensores del sistema capitalista en versión liberal que defienden todo tipo de libertades individuales incluidas las de pagar impuestos o no, contratar o no sometiéndose a un convenio colectivo, jornada laboral y salario mínimo, aceptar o no límites de velocidad, libertad para echar guarrerías al aire, tierra o ríos… La lista de transversalidad es grande, y cada año que cumplo, encuentro más gente republicana teóricamente, pero que solo votaría derechismo en cualquier proceso electoral.

   12)               Un descenso a lo concreto llevó al PCE en la Transición a aceptar y apoyar la monarquía y la bandera enfrentándose a su historia, -la bandera fue un error de mayor envergadura, debería haber sido otra-. Sus proclamas, programas, actitudes, políticas, etc. desde entonces fueron garantía de apoyo a monarquía y bandera, sus electores los votaban no porque o para que lucharan por una república.


De repente ¡plaf! Otro giro de 180º. Entonces  ¿Aquello que hicieron estuvo mal? ¿Fue un error que hoy rectifican? ¿O, es un error hoy? ¿O, sienten el culo de la silla caliente por las hornadas de votos indignados que les quitan espacio? 

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