lunes, 26 de mayo de 2014

Éxito de Podemos. Quién más votos sacó fue el PP

El grito de estas elecciones europeas en España es Podemos. En solo unos meses consigue resultados cercanos a los de IU, que tras treinta años se las prometía muy felices por la debacle del PSOE, han subido pero menos de lo que esperaban hace seis meses. Esta es una fuerte llamada de atención. Podemos es voto genérico de izquierdas, rojiverdesmalvas, un mix de individuos extrema izquierdosos y demócratas, de indignados y desafectos de socialistas y comunistas, ciudadanos en espera de conformar un aglutinador progresista, que no aguantan partidos cuyo funcionamiento se aleja de componentes democráticos, quieren participación, deliberación y decisión.

Podemos es la sorpresa en estas europeas, -a estudiar en adelante- revolverá el panorama de muchos partidos, tradicionales o de creación más reciente que deberían mirárselo. No son un partido, todavía, no sabemos de su capacidad organizativa, si lograrán en tan poco tiempo crear un aglutinador consistente para las locales y generales de 2015,  elecciones en las que el peso de la circunscripción electoral será la provincia y por tanto muchos votos se perderán, porque salvo que estén muy concentrados, la ley electoral favorece a dos grandes formaciones, no tanto por el sistema D’Hont cuanto por la circunscripción provincial, diferente a la de unas elecciones europeas en la que partidos dispersos por todo el territorio pueden aprovechar mejor los votos. En todo caso su éxito ha sido arrollador, son la tercera o cuarta fuerza en varias CCAA, en las que solo está claramente por detrás de PP y PSOE, superando en muchas a partidos nacionales como IU, y UPyD, y a PNV, CiU, ERC, Bildu, BNG, etc. etc. 

No sabemos cómo gestionarán el éxito, si manteniendo en Europa parte del equipo dirigente que sería necesario para crear el partido en España, cómo les afectará el probable aluvión de militantes/simpatizantes que producirá dispersión ideológica y programática, cómo resistirán las presiones que recibirán de todas partes… Acaban de entrar en un período de gigantesco trabajo cuyo primer resultado veremos en un año. Evidentemente los debates televisados los han impulsado, pero otros los tuvieron y no sacaron tanto partido, tienen líder, con buena planta, culto, buen discurso y racionalista, sereno y fuerte… y una base social de cientos de miles o millones de españoles en espera de optar por alguna opción con nuevas formas de relación, debate y decisión y tintes progresistas.

La derechona aumentará la batería de acusaciones para descalificar a sus representantes y cuanto digan -había empezado tímidamente antes de la campaña-, el foco será la acusación de ultraizquierdismo, apoyada en los ribetes cubanos y venezolanos de algunos de sus componentes y simpatizantes, que existen, compartiendo territorio electoral con amplios sectores de gente ajenos a revoluciones y más próximos a componentes democráticos. La otra andanada crítica la podrían recibir de la otra orilla, dada su capacidad de atracción de simpatías formuladas en votos que lleva a Podemos muy cerca de IU, en todas partes -y en Madrid por encima-, los comunistas, y toda IU, tendrán que revisar urgentemente sus parámetros participativos y el mantra de programa, programa, programa. Son muchos años escisión tras escisión, casi siempre de grupos con querencias democrático aperturistas, expulsiones producidas por criterios orgánicos y de funcionamiento, la mayoría de las veces al margen de los programas.

Los movimientos de indignados –Podemos no es exactamente su representación, pero sí capitaliza algunos sectores, jóvenes urbanos, universitarios y clases medias-, los movimientos tras el 15-M y las mareas sectoriales, las agrupaciones en los barrios, etc. etc. han  intentado participar en la vida política de izquierdas y se han encontrado a una IU y PSOE anquilosados, incapaces de integrarlos, cerrados a nuevas dinámicas de participación. Miles de activistas trabajan diariamente fuera de las estructuras de los partidos buscando donde encajar y agrupar su actividad política sin que hasta la fecha hayan encontrado un partido que pudiera aglutinar tanta fuerza dispersa, hoy electoralmente parece que se aprecian signos de cierta decantación.

En estas elecciones europeas Podemos ha barrido a todos los grupos y pléyade de grupúsculos que intentaron moverse en entornos surgidos tras la crisis, el 15-M, la desafección con los partidos… del lateral rojiverde. Sorprende el zarpazo dado a IU y a Equo, formaciones que intentaron beber en las aguas de la indignación, -los que más IU- lo cual debería llevar a esas agrupaciones, tan diferentes, a reflexionar sobre sus prácticas de militancia –militantes de Podemos anteriormente intentaron impulsar Equo y tuvieron que salirse-. IU tiene ya treinta años de experiencias que deberían servir para entender que su estructura, programas, liderazgos, organización y funcionamiento, contienen grandes dificultades para lograr una representación de izquierdas traducida en millones de votos que permitan acercarse a gobernar. Bien porque no existan millones de votos de izquierdas, lo cual para gobernar obligaría aceptar otros parámetros políticos más amplios, o bien porque muchos votos de izquierdas no se decantan por IU, lo cual debería llevarlos a adoptar otros parámetros políticos más amplios, mas inclusivos.

Equo, ha logrado un mal resultado, 300.000 votos en la coalición Primavera, -Equo, Compromiss y Chunta-, cuatro veces menos que Podemos. No terminan de despegar y en elecciones europeas contaban con un plus favorecedor nada desdeñable, la existencia de grupo parlamentario europeo, los verdes, con tradición y estabilidad. Además en España, no han aprovechado el descalabro de Los Verdes coaligados con Recortes Cero, tras su fallida alianza con IU. Evidentemente su liderazgo, funcionamiento y organización no parecen lo más adecuado para darse a conocer y calar en el electorado. La creación de Podemos, en tan poco tiempo y con medios muy precarios les debe enfrentar a su realidad de falta de conexión con los problemas de la gente. Las municipales y generales próximas dirán si modifican, o nuevamente nos acercaríamos a las puertas de un proyecto rojiverde fallido, lo cual sería una putada que no debería suceder.

Las diferentes imágenes entre unos y otros son esclarecedoras de algunas diferencias; IU presenta resultados con protagonismo al mando de Cayo Lara en el escenario, pero él no era candidato; los líderes de Primavera Europea celebran efusivamente un diputado y 300.000 votos como gran victoria. Pablo Iglesias, 1.245.000 votos y cinco diputados, manifiesta su descontento, porque quieren más…

PD. Si alguien cree que los votos responden a los programas está soñando, en ningún caso. En Podemos lo normal es que suceda lo mismo, su millón y cuarto de votos no creo que signifique aprobación de programa, sino mas bien golpe al bipartidismo, a la partitocracia cerrada, voto al aire fresco y mayor democracia, voto a la rebeldia, y la indignación...veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario