sábado, 26 de abril de 2014

Qué dicen las encuestas y por donde vamos

Qué dicen las encuestas y por donde va este trabajo  

Las encuestas preelectorales dicen muchas cosas, las reflexiones que sugieren toman varios senderos como los representados a continuación, que son los objetivos por los que este trabajo pretende transitar -inicialmente publicado como post en 'En mi barrio. Alcorcón' y aquí agrupado en apartados más extensos-: estos serán los senderos: 1) Sobre el PP y las derechas, en esta ocasión, con menor atención para dedicarla a los dos puntos siguientes, opciones progresistas; 2) Sobre el PSOE, y las izquierdas 3) Hartazgo diversidad y necesidad de coaligarse para obtener mejores resultados.

        1) Las encuestas dicen que el PP puede seguir ganando las elecciones, en todo caso dan un empate técnico con el PSOE, a pesar de la inmensa tragedia que se está instalando en este país, que es el comienzo de organización de vida para los 30 años próximos, porque la derechona cuenta con mayoría suficiente. En general, en unas  elecciones las debilidades del gobierno pesan más que las fortalezas de la oposición, los gobiernos son los que pierden las elecciones, dicen, aplicable a gobiernos de izquierdas y no tan claro al contrario. Las derechas siempre supieron qué hacer con el poder ejecutivo y legislativo, saben que estos poderes son superiores a las movilizaciones de la calle.

El gen derechista adora el poder sobre todas las cosas (19/11/11)

Los izquierdistas no aman el poder, lo repudian, porque no saben qué hacer con él, salvo criticarlo, desconfían de que pueda ser útil para cambiar la vida, algo que la derecha tiene metido en su ADN. Desde niños saben que con el poder se pueden conseguir muchas cosas y el poder es variado, está en muchas partes, sea un colegio o un Ayuntamiento, un gobierno autónomo, una diputación provincial y no digamos nada desde el Gobierno central. Las elecciones, ahora, son muy importantes para ellos porque darán el poder a los suyos, y no importa lo que hayan dicho o hecho, son los suyos. Su grado de afinidad identitaria y de apoyo y pertenencia al grupo es altísimo y está por encima de todo.

La derecha sabe que desde el poder se cambian leyes y reglamentos, se quitan o ponen normas apoyando sus negocios y a sus empresarios, facilitando la difusión de ideas religiosas o económicas. Con el poder difunden mejor su concepción sobre el matrimonio para toda la vida, o la vida y la muerte sufriendo como dice la religión, sobre lo pernicioso de lo público y lo maravilloso de lo privado, sobre los niños por un lado y niñas por otro y sobre mujeres y hombres iguales pero menos…Los electores de derechas no tienen los problemas de confusión de tantos izquierdistas y reconocen que en los campos anteriores hay enormes diferencias entre PP y PSOE por eso quiere ganar elecciones y si les dicen que voten a los socialistas porque son neoliberales igual que los suyos, se mondarán de la risa.

Los individuos de derechas creen que desde el poder se organiza la vida y no reducen el poder a lo económico, saben que modernamente desde el poder político pueden cambiar muchas cosas, adecuar la sociedad a los sueños. Desde el poder político se enlazan mejor otros poderes, el religioso, militar, judicial, mediático, poder en la calle, en los nombres y costumbres, en los púlpitos, raca raca, en las empresas subvencionadas y vinculadas a presupuestos gubernamentales, en las relaciones internacionales con una u otra concepción europeísta o atlántica, entre los Ayuntamientos y en las pequeñas taifas autonómicas que ceden contratos, suelos, o potencian negocios privados que sirven de tapaderas de apoyo. La derecha tiene claro que influye y mucho desde el poder político, no solo por las relaciones privatizadoras de grandes empresas que generan sectores empresariales afines, se desvían impuestos de allá para acá, se conceden subvenciones o se quitan, se orienta la cultura en una u otra dirección, hasta se influye en las fiestas populares.

Además se puede acceder con mayor facilidad al consejo de administración de un banco, eléctrica, nuclear, automovilística, o constructora…se impulsan negocios y transformaciones de la realidad, sea urbanística, cultural, de comunicaciones, transportes... Si desde la política se accede a comisiones de control, mejor que mejor, sean de la competencia, del mercado de valores, de Radio y teles TVE o autonómicas, la derecha tiene claro que no son iguales que el PSOE y colocará a sus peones en estos puestos, los Nacho Villa, o Lucía Figar, o tantos otros que no generan confusión entre ellos.

Para la derecha cambiar las cosas es modificar tal o cual cuestión en concreto, no la sociedad en su conjunto, que al fin y al cabo cuesta mucho más cambiar, el resultado será un sumatorio de cuestiones concretas, ilusiones, emociones, abstracciones... Un contrato de trabajo único con 20 días por despido, para ellos es un enorme cambio, como lo será aumentar la competitividad únicamente vía reducción salarial, pues no es fácil ni na ahora; mas crucifijos y seguir sin pagar el IBI será importante para la Iglesia; mayor cantidad de colegios de las organizaciones religiosas, lo será para las nuevas tribus católicas; el control televisivo, tipo Madrid o Valencia; impulsar los negocios de amiguetes con suficiente apoyatura legal, para ello cuentan con miles de abogados que evitarán sea considerado corrupción; separar y diferenciar a los distintos será un paso de avance en el camino hacia dios…

Las pequeñas cosas pueden dejar paso a las grandes citas que engloban muchas otras, reforma energética, de la administración pública, de la justicia, de la sanidad, de la educación, de la organización del Estado, del mercado laboral, del sistema de pensiones, del sistema financiero, del urbanismo de ciudades y costas, de los transportes, de nuevos modelos de crecimiento, todo ello subordinado siempre a intereses económicos e ideológicos muy claros para ellos, que nunca tienen problemas de confusión típicamente izquierdista.

La izquierda parece molesta en la gestión del poder, lo quiere todo y lo quiere ya. No acepta fácilmente que se consiga una parte de la petición, no entiende que es una cuestión de fuerzas, y no acepta mejorar respecto a la situación de partida. Difícilmente aceptará ir paso a paso, enseguida salen los calificativos de traidor, como si de un niño pequeño se tratara por pedir la tarta y no darle más que un trozo. El poder se deja en manos de X y a dormir, cada vez que algún poder local se conquista en manos izquierdistas, todo el esfuerzo se traslada a la institución y nadie queda por fuera para hacer campaña para seguir, para explicar

A diferencia de las derechas que sí saben qué hacer con el poder, sumarán reformas, desarrollos, acciones en la dirección deseada y si pierden elecciones, cuando lo recobren nuevamente, sumarán al mismo camino. La derecha entiende enseguida quienes son de los suyos, y claro son muchos, las izquierdas mientras tanto es exclusivista, las universidades que conceden títulos de izquierdista, como tantos izquierdistas, restringen mucho los títulos, casi nadie aprueba, así que pocos son de los nuestros. Al final son de izquierdas, ellos, tú y un individuo que conocieron en Cuba y otro venezolano.

¡Qué desastre se avecina! Todo el camino libre de obstáculos, pero no se preocupen, porque como todos son iguales, da lo mismo. Que retroceso más grande. ¿Conocen ustedes casos de izquierdosos provenientes del campo azul? porque lo contrario ocurre en abundancia. Algunos extrema derechistas provienen del izquierdismo, tanto en EEUU como en España, (lo desconozco en otros países), tendrá algo que ver la desazón que producen tantas derrotas, la desilusión y quemazón de sueños irrealizados, por mal preparados y peor digeridos. La falta de racionalidad lleva a bascular ideas, fácil, peligrosamente.

     2)   El PSOE no remonta, tras la enorme pérdida de 4.300.000 votos de las elecciones de 2011. La desconfianza que muestra la ciudadanía hacia los socialistas no desaparece, hasta el punto de ser cuestionado su papel de gran aglutinador de izquierdas como nunca antes lo fue, porque siguen sin  ser visibles grandes cambios en el modo de comportarse del partido respecto a las anteriores legislaturas. Preguntas que todo el mundo se formula siguen sin respuestas, ¿por qué no se vio venir la crisis, por qué no se explicaron las políticas que eran necesarias, supuestamente, por qué no se aplicaron alternativas a las acciones realizadas, etc. etc.?

La crisis europea de la socialdemocracia sin duda influye, pero no explica de manera suficiente los errores y el funcionamiento concreto del PSOE; la crisis financiera internacional influye, sin duda, pero no puede ocultar la crisis española particular, que tiene que ver con la fallida adaptación a la globalización, los mercados y emergentes por las vías que manifestó la pérdida de competitividad y burbuja inmobiliaria y de crédito, cuestiones de las que huyen los socialistas en sus aclaraciones; hay otros factores no atendidos suficientemente como la corrupción política, el sistema electoral y la pobre democracia deliberativa y representativa, partido cerrado y agotado incapaz de incorporar savia nueva, etc. etc.

Elecciones. El poder gusta poco a los izquierdistas (18/11/2011)

Los izquierdistas se encuentran incómodos con el poder político, parece como si no lo quisieran, o como si no supieran que hacer con él, se perturban gestionando el poder o viendo que lo tengan los suyos, lo cual implicaría en muchas ocasiones actuar en positivo y no siempre en negativo, típico de oposición, y esto último es lo que parece que tienen asumido millones de izquierdistas.

Desde la oposición, donde muchos siempre están, aunque gobierne un partido de los suyos; desde el otro lado del poder, se puede entender mejor el recurso de jugar a la contra, la crítica a cualquier medida, ya que toda acción es criticable y será susceptible de mejorar. Nada de lo realizado por un partido de izquierdas en el poder, contentó ni contentará plenamente a su base electoral, ninguna acción de gobierno será completa, ningún gobierno instalará la utopía. Y ello falte o no lo emocional en la construcción social, porque admitido que en democracia todo es mas ligero y cotidiano, también observamos desafección en momentos donde lo emocional estaba en primera línea, como en el Chile de la UP, o en la España republicana.

Para una mayoría de individuos de izquierdas solo vale ‘el todo’, el paraíso completo y no la parte, se entiende que en política porque luego en la vida siguen viviendo tal cual, como no podía ser de otra manera. Un avance en las condiciones de vida, tendrá validez si es conquistado desde la lucha obrera, estando en la oposición, pero nunca será reconocido cuando se realice desde el gobierno, incluso aunque fuera mucho más importante y global respecto a mejorar o proteger las condiciones de vida de millones de personas. Para muchos izquierdistas no tiene sentido mejorar en concreto, menuda tontería, incluso se desprecia por sindicalista, (sí, sí, es un concepto peyorativo) de tal forma que se abandona el día a día, no ven necesarias las mejoras parciales a las continuas desviaciones, corrupciones, abusos, etc. de esta sociedad, que habría que atajar, ellos pedirán el cambio global de modelo social, la revolución. Con lo que no tendremos ni lo uno ni lo otro.

Viven incómodos a todas horas, ‘esta sociedad no vale, hagamos otra’, es como si una tubería de agua en una casa tiene problemas y mejor que arreglarlo compramos otra casa, como no podemos tener una nueva nos quedamos con la vieja y estropeada. Si un juez prevarica, o saca autos indignantes, si unos directivos de Cajas se llevan la pasta gansa, si hay corrupción urbanística, si unos polis sacuden salvajemente… cambiar la sociedad diariamente, atacar cada una de estas acciones en su momento, sin esperar a cambiar el modelo global, que nunca llega. Hemos perdido la facultad de buscar soluciones concretas a problemas concretos, nos parece muy pequeño lo cotidiano y todo se dirime en el terreno de los sueños, de la utopía, de las grandes proclamas, así buscan lo que llaman salidas, que solo son frases fáciles políticamente correctas, evitando discusión. Todos estamos de acuerdo en generar 3 o 4 millones de empleos que dicen los programas, buscar en los nichos verdes, tecnológicos, etc. etc. pero ¿haciendo el qué?, ¿sacando el dinero para impulsar esas políticas, de donde?, ¿se acabaron las tormentas de la deuda?, lo sacamos de los ricos, la evasión, los bancos, dirán todos, pero ninguno explicará cómo diablos se consigue con 8 diputados, o con 3 listas que sumen 12 congresistas.

Todo queda reducido al voluntarismo, al deseo, a la crítica a los otros que no saben, o traicionan, o son débiles, nuestra responsabilidad directa que tengamos poca fuerza no suele salir a la palestra. Se reduce la realidad y los deseos a la mínima expresión y así sumamos batacazos porque no queremos sumar realidades ya que una vez conseguidas no se valoran en el camino de los sueños; salvo para pelear a la contra, para evitar que nos quiten aquello de lo que nunca presumimos, porque como todos son iguales, lo conseguido no es nuestro, no termina de estar claro como lo logramos.

Los izquierdistas son lobos para la izquierda, y siempre son mas rojos que nadie, son los iluminados de la doctrina, o los más verdes o mas…no valorarán la sociedad socialdemócrata, el Estado de bienestar, además dirán que la democracia es mentira y tropecientos países del mundo son más demócratas y tienen mejores condiciones sociales que nosotros y… ¿Cuantos países son esos, y cuáles?, no se sabe (Cuba y Venezuela no por favor). Por descontado siempre encuentran que en X tienen más medidas sociales y en Z más democracia. Bien, quizás unos 10 países, de 200, de los que se conocen las grandes cifras económicas que superan a este, pero…

Nadie recuerda que la democracia en todas partes es un sistema imperfecto que refleja equilibrios de fuerzas que no resuelve todos los problemas aunque crea un marco más adecuado para ello y que no es comparable a cualquier otro, porque no suele oponerse otro. Salvo los países citados por ¿¿xxx?? en los que encontraremos sistemas mejores, pero eso sí, restringidos para unos pocos, son mejores para la persona que los propone, no para el resto, no resisten la prueba de generalizar sus medidas pero con otros gobiernos diferentes, entonces no servirán. Recordemos imperfecciones, existen monarquías más democráticas y sociales que muchas repúblicas; en democracias tradicionales históricamente hay menos libertades civiles que en España; hay una Cámara de Lores que nadie elige; o centralismos jacobinos que en nada pueden compararse a libertades territoriales españolas; o ‘modelos democráticos’ sin elecciones para cambiar/elegir gobernantes que se eternizan; o etc.

3)   La ciudadanía muestra hartazgo de los dos grandes partidos. Miles de nuevos activistas se incorporan a movimientos y movilizaciones, pero no consiguen unificar propuestas, lo cual lleva a una dispersión de esfuerzos que visiblemente repetirán los errores de antaño, múltiples listas, grupos y movilizaciones sociales no encontrarán su reflejo correspondiente en el Parlamento, como muestran los ejemplos que publico, sean de 1979 o recientes.

Muchas izquierdas tienen aversión por el poder ejecutivo y legislativo, no tienen tan clara su utilidad como las derechas, así que no utilizan a fondo los mecanismos electorales como forma de combate. Solo con la lucha en la calle será imposible cambiar las cosas, será imprescindible modificar las relaciones de poder parlamentario.  La lucha está en la calle, y en el Parlamento.


Nueva etapa. Ganadores y perdedores (25/01/2012)

Sabemos quienes ganaron las elecciones, la derecha española, ese conjunto de fuerzas e individuos que la conforman; la derechona, fascistoides, los carcas, el franquismo sociológico, euroescépticos, el dinero, la patronal, españolistas, neoliberales, ultras religiosos de diferentes corrientes, la Iglesia tradicional, neoconservadores, nacionalistas regionales de nuevo cuño, etc.… y por supuesto también integran esas filas, conservadores, católicos, centristas, gente de orden y miedo, parados, trabajadores precarizados, rebotados de otros partidos, gente sin futuro, jóvenes de nuevas hornadas de votantes (que en su mayoría votan PP) etc.

Políticamente todo lo anterior (y más) cabe en el voto azul al PP. Pero, al otro lado ¿qué ha cabido para los perdedores? Quedaron los viejos recuerdos de la fragmentación de taifas, lo de siempre, si yo subo 2 votos es un triunfo y mayor si mis cercanos competidores pierden 1, a pesar de que mis adversarios/enemigos hayan conseguido 20 más. El juicio de pérdidas y ganancias se realiza sobre uno mismo mirándose el ombligo y no sobre el conjunto de la sociedad, que parece importar menos que gane o pierda. Una pregunta tendríamos que hacer desde la sociedad después de las elecciones ¿estamos con mayor fuerza, socialmente hablando? ¿Podemos avanzar, mejor que antes? ¿Podremos defender mejor nuestros derechos, seremos capaces de resistir los recortes contra ellos mejor que antes?

El PSOE perdió lo suficiente como para quedar sin fuerza que oponer a la marea azul, y ya veremos durante cuánto tiempo. Mientras tanto no parece que ocupen el vacío creado otras fuerzas (rojas, verdes, progresistas) supuestamente triunfadoras. A su izquierda parlamentaria, gran subida de IU, que no conseguirá, ni remotamente, poner en aprietos las transformaciones derechistas y mas allá fragmentos inconexos.

En las fuerzas extraparlamentarias, regreso a las cuevas miserables de siempre, alejados de cualquier poder, (y los poderes son muchos y variados) vuelta a esos espacios tan usados para jugar a la contra de todo, tan queridos por tantos rojos, negros, verdes, malvas; grupillos, a veces de dos o tres, actuando cada uno por su lado y desconectados unos de otros, todos ellos iluminados con la posesión absoluta de la verdad y la identificación de todos aquellos que no sean ellos mismos, como mierdas, vendidos, traidores, etc. A partir de ahí solo queda estar contra todo si sale gratis, y mirar de lejos y sin capacidad para impedir las enormes transformaciones que realizará la derecha en nuestras vidas, queda la desesperación de no poder intervenir en ninguno de los cambios que pasan ante nuestras narices, porque no hay fuerza para ello, ni organización, no hay consensos ni alianzas suficientes sobre lo que quiere cada individuo.

¿A dónde conduce la situación? Sin duda a la derrota durante lustros. A una rebaja inmensa en las condiciones materiales de vida, acompañada de modificaciones en todos los aspectos no materiales de nuestra existencia, una regresión desde el punto que disfrutamos hoy que reflejan aspectos en libertades civiles, laicismo, justicia, corrupción, comunicación, (prensa, radio, tele) cultura, cine, teatro, pérdida de ayudas a sectores sociales determinados (las del otro lado aumentarán), debilitamiento de ONG’s, fundaciones progresistas, organizaciones culturales, políticas, asociaciones de todo tipo…Todo lo no valorado entonces al considerar que ‘eran iguales’ y que nadie logró explicar para diferenciar los modelos de sociedad.

La lucha política dentro del campo de progreso ha sido cainita, el derrumbe de consensos entre las bases sociales de dichas fuerzas está ofreciendo, como resultado, tirar por tierra muchos años de esfuerzos, discusiones y acuerdos, avances arrancados penosamente pero materializados en la vida diaria de jóvenes, mujeres, mayores, trabajadores, estudiantes, discapacitados…que irán cayendo como carámbanos.

Qué pena, que desperdicio de esfuerzos por tantos rincones. Poder influir socialmente implica ceder, siempre, siempre, y ceder es rebajar pretensiones, iluminación, absolutismos. Es completamente absurdo pensar que el purismo de cada persona logrará sumar, si así fuera no se explica cómo es posible que a lo largo de la historia nunca lo hayan conseguido. O ceden y entonces podrán sumar, o nunca influirán en más de cuatro. Crecer implica suavizar el mensaje, dejar de depender de uno mismo, abrirse a los demás, supone la posibilidad de que el mensaje cambie y de que se produzca una interpretación distinta del mismo y la realidad. (Para que nadie cambie, me quedo yo solo, cuantos menos seamos más pureza). Y esto vale para todos los grupitos de jóvenes movilizados en barrios y pueblos.

No me gusta el adanismo que pretende empezar siempre desde cero despreciando toda experiencia indirecta como si nunca se hubieran hecho cosas bien, aunque pueda comprender que todo el mundo necesita tener experiencia directa, sigo pensando que la experiencia indirecta e histórica debe tener un peso en la formación de quien pretenda influir socialmente. En los pueblos y barrios a raíz del 15-M, cuyo nombre engloba todo lo que mueve, diverso e incluso contradictorio en todas partes, se están produciendo maravillosas reuniones, charlas, asambleas de participación y debate, lo cual siempre estará bien, pero tiene el peligro de quedarse en una vuelta atrás si al tiempo no se plantean soluciones concretas a problemas concretos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario