viernes, 9 de noviembre de 2012

La industria, un soporte del impulso catalán

La industria, un soporte del impulso catalán
Esta secesión pretende ser un ejercicio del derecho democrático, pero, lo será de los ricos para llevarse sus pertenencias dejando atrás a los pobres, veamos un factor esencial del mayor desarrollo, el peso de la industria de los catalanes, explotados por los españoles. Un sector industrial potente no se crea de la noche a la mañana, necesita muchos años de atención e impulsos como los dedicados a Cataluña desde hace mucho tiempo, por encima de los dirigidos a otras regiones. Las políticas proteccionistas del Estado favorecieron la industria catalana en los siglos XIX y XX –mercados español y americano- y contribuyeron al desarrollo industrial y a una acumulación de capital privado que posteriormente impulsó su crecimiento. Fijarse solamente en la inversión pública para explicar el crecimiento, es mirar con un solo ojo, dejando de ver la enorme importancia del capital privado en el proceso, acumulación de capital privado que se facilitó desde los poderes centrales del Estado español.

 Sin duda, además de los apoyos del poder central hay factores internos que puedan explicar su mayor desarrollo, probablemente la localización geográfica favoreciera el comercio y relación con otros territorios, -sin olvidar las facilidades prestadas por la Monarquía española, Reyes Católicos, Carlos V, Felipe II… gran centro de comunicación y relación europea y americana-. Quizás el traspaso de la propiedad de la tierra a un heredero dejaba a los otros descendientes con una cierta disponibilidad dineraria para acometer otras actividades, comerciales o productivas que impulsaba otro tipo de desarrollo, el hecho es que su estructura manufacturera ligada al textil, algodón, lana, seda, paños e hilados, curtidos y papel, se desarrolló fuertemente a partir de la mitad del siglo XVIII, al tiempo que se producía la pérdida de libertades políticas consecuencia de la aplicación de las leyes de Nueva Planta, -lo cual es una coincidencia digna de estudio para los especialistas-.

La concentración urbana fue un factor que impulsó el proceso, la centralización manufacturera en torno a Barcelona, potenció la creación industrial. El desarrollo de las manufacturas del XVIII posteriormente dio lugar a ventajas fabriles y el proceso centralizador del estado era generador de un mayor mercado nacional en el que encontraron una base expansiva los factores de producción catalanes, ayudados por concesiones económicas a veces impulsadas para paliar el descontento político producido por la centralidad. En el primer tercio del XIX ya era evidente el despegue de renta catalana apoyado en el fuerte impulso de su industrialización que había logrado incorporar la primera revolución tecnológica. El proceso industrializador sigue su curso y durante el franquismo experimentará un fuerte salto adelante con el desarrollismo de los ’60, entonces, la población activa del sector industrial doblará la del sector primario un signo inequívoco de plenitud industrial –en 1800 era al revés, la población del sector primario doblaba la del sector secundario-. Durante el franquismo las políticas de la dictadura afianzaron su condición de territorio altamente industrializado, soporte de su enorme desarrollo económico, el proceso continuó en democracia, afianzó su peso sorteando mejor que otras regiones las crisis del petróleo y entrada en la UE, que provocaron desindustrialización en otras regiones españolas y llega hasta antes de la crisis de 2008 presentando la mejor imagen que nunca ofreció Cataluña.

La prevaricadora gestión de nuestros recursos mediante un sistema de reparto de rentas y un sistema de políticas públicas que discriminan por razón de identidad nacional. CCN. Circle Catalá de Negocis.


–Los cuadros proceden del INE ‘Panorámica de la Industria’ -. El sector industrial siempre tuvo importancia en cualquier país, pero en la situación actual de crisis, es vital para salir de ella, así que puede no ser casual que precisamente ahora se incrementan las presiones independentistas ya que gran parte del peso industrial español se encuentra en Cataluña y la globalización les puede llevar a pensar que ya no es tan necesario el mercado español. El hecho es que tradicionalmente fue una potencia industrial dentro de España, que resistió bien las crisis industriales anteriores, del petróleo y adaptación de entrada en la UE, pero que en la última década se avista una cierta desindustrialización y tercerización. Las estadísticas asoman bajadas en la población industrial y subidas considerables en el sector servicios, bien es verdad que la industria conserva un peso considerable y que en I+D figura entre las comunidades de cabeza, por lo que podría estarse produciendo una modernización, reduciendo volumen, o quizás los problemas industriales formen parte del cansancio o ralentización que manifiesta la economía catalana en la entrada al siglo XXI, como veremos adelante. 





















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