jueves, 11 de octubre de 2012

La cuestión catalana durante la II República

La cuestión catalana durante  la II República
                       
                                  

La Constitución de la República es un icono de progresismo, veamos como plasmó la cuestión nacional y el resultado de aprobación. Las cifras son importantes, porque reflejan la correlación de fuerzas en cada momento, entendiendo que son cambiantes, esta ley fundamental se aprobó el 9-12-1931 por la diferencia de 170/152, lo cual mostraba, como luego se comprobó, una sociedad muy diversa pero que podría partirse en dos, con fuerzas parejas a cada lado. En su artículo 1º se constituye como Estado integral, no cabe la secesión, al igual que reflejan todas las constituciones democráticas, sigue diciendo que un Estado integral compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. En aquellos momentos la cuestión nacional no contempla el término nacionalidad,  el cual aparecerá posteriormente en la Constitución de 1978. Julián Marías  lo considerará una concesión a una moda, imprecisa, impuesta por los medios, citado por Santos Juliá. -El término Regiones aparecerá también en la Constitución de 1978.-

El 14 de abril de 1931, Francesc Maciá proclamó la República Catalana, Estado integrado en la Federación de Repúblicas Ibéricas. Aquella Federación de Repúblicas Ibéricas no existía, otra vez se producía una ruptura unilateral sin considerar la correlación de fuerzas. Urgentemente 3 ministros, dos de ellos catalanes, se trasladaron a Barcelona para reconducir aquella situación. El 17 de abril se proclamó la Generalitat, como forma de tapar aquella nueva república catalana proclamada. Se traba de mantener vivos los acuerdos adoptados en agosto de 1930 entre republicanos, socialistas y catalanistas en el Pacto de San Sebastián, el cual establecía que Cataluña desarrollaría libremente un Estatuto de Autonomía en el que regulara su relación con el conjunto del estado, el acuerdo se hacía extensivo a otras regiones. Entonces –parecido a Zapatero en el Estatuto actual el 2004- la mayoría de los reunidos pensaban que se desarrollaría dentro del marco del régimen republicano que se proclamaría posteriormente en el cual se recogerían los derechos individuales de todos los ciudadanos españoles. El acuerdo se trasladó a la comisión que negociaba el artículo 11 de la Constitución que posteriormente se aprobaría en diciembre. Mientras tanto, en Cataluña sin esperar la proclamación constitucional, una vez acordado en la comisión de julio, en agosto celebraron un plebiscito sobre su proyecto de estatuto aprobado por amplísima mayoría.

Las Cortes constituyentes elaboran la nueva Constitución promulgada el 9 de diciembre configurando el nuevo Estado. En las elecciones a Cortes solamente votaron hombres, no las mujeres, que tenían reconocido derecho pasivo, a ser candidatas no a votar universalmente, solo fueron elegidas 3 diputadas y aquella Constitución aprobó el voto de las mujeres en igualdad. La Ley Fundamental recogía el sentir mayoritario favorable a una España plurinacional, pero enfrente había fuerzas poderosas opuestas a los nacionalismos, lo cual deja como resultado la Constitución de la II República que conocemos, con aspectos menos favorables al soberanismo que las pretensiones independentistas. La pregunta que debería guiar la acción de los líderes políticos sería ¿una ley avanzadísima, sin apoyos suficientes, sería preferible a otra avanzada, pero con mayorías aplastantes que faciliten su duración y aplicación? O dicho de otra forma, los iconos revolucionarios, o progresistas, tienen poca utilidad si no consideran la correlación de fuerzas que los haga posible.

El proyecto de Estatuto de Cataluña se sometió a debate en mayo del 32, previa redacción por la comisión catalana en Núria, dominada por Esquerra, federalista, se definía como Estado, contemplaba la propuesta de Países Catalanes con Valencia y Baleares, -que aún hoy mantienen muchos independentistas-, establecía el catalán como único habla, todo ello chocaba frontalmente con la legalidad constitucional republicana lo cual generó agrias polémicas en las Cortes al ser discutido, y encendidos debates en las calles. Creaba la Generalitat como órgano de gobierno, integrada por un Parlament, un presidente elegido en el parlamento y un consejo ejecutivo como gobierno. Manuel Azaña fue uno de sus mayores defensores durante todo el proceso, llegando a ser encarcelado acusado de connivencia, con motivo de la proclamación de independencia que efectuó Companys en 1934 al calor de la revolución asturiana de octubre.

El Estatuto se aprobó el 9 de septiembre de 1932, -en Cortes 314/24, en referéndum catalanista por el 90% de una participación del 75%, citado por Tuñón de Lara; Tamames dará las cifras de 97% y 334/24- Fue elegido primer presidente de la Generalitat Fracisco Maciá, de ERC, muerto al año siguiente; le sustituyó Lluís Companys, abogado sindicalista, fundador de la ‘Unión de Rabassaires’, aparceros catalanes. Durante la revolución de octubre de 1934, el día 6, proclamó unilateralmente el Estado Catalán de la República Federal Española, aquello era una insurrección equivalía a una declaración de guerra, tras ser desarticulada por la República, se suspendió la Generalitat, restablecida en abril de 1935 y Companys fue encarcelado, saliendo tras la victoria del Frente Popular. Posteriormente fue fusilado en 1940 por el franquismo, tras ser entregado por la Francia alemana de Vichy al final de la guerra. En 1936, al calor de la victoria electoral del Frente Popular, fueron presentados estatutos de autonomía de Vascongadas, Aragón, las Castillas, Asturias, Valencia, Canarias, Extremadura, Baleares y Andalucía. Tras el golpe de estado será promulgado rápidamente el de Euskadi, quedando el resto arrinconado, hasta la Constitución de 1978, en la que influyó esta situación.

Si Cataluña continuara colaborando con el Estado español, que humilla la bandera, profana la lengua, adultera las tradiciones y roba las riquezas, sería aceptar una complicidad en su propia deshonra.
Queremos una República catalana independiente en cuanto tenemos plena conciencia de la personalidad de Cataluña, porque esa es nuestra voluntad, que nadie ni nada torcerá.
Francesc Macià (1859 - 1933)

El mecanismo que opera tradicionalmente en el argumentario nacionalista a partir de 1714, establece dicotómicamente dos bandos, Castilla-Cataluña en el pasado que posteriormente sustituirán por Castilla por España y en épocas recientes simplificando lo español en Madrid, utilizado para explicar todo asunto, tenderán a marcar dos trincheras, ellos en la de los buenos, sin mirar ni atender las diversidad de fuerzas existentes en cada núcleo, así las decisiones a tomar serán muchas veces saltos en el vacío, que llevarán a fracasos de los cuales responsabilizarán siempre a los otros, a los españoles. La explicación para simplificar absurdamente la realidad es sencilla, reducir elementos de debate permite que la propaganda se extienda fácilmente y con mayor rapidez. Tiene un problema, sepulta la verdad, no facilita soluciones de forma estable y genera crispación creciente. Un ejemplo estremecedor es la Guerra Civil de 1936/39. La presentan como conflicto de España/Castilla contra Catalunya, y Euskadi, hacen aparecer al Gobierno español como culpable, en aquel momento republicano, a quien le piden responsabilidades por la represión ejercida por los golpistas, le acusan del bombardeo de Guernica y Barcelona, cuando fue el gobierno y los españoles republicanos, quienes recibían las bombas, en Guernica, Barcelona y Madrid.

De repente, los catalanes y vascos que apoyaron a Franco, que lucharon a su lado y vencieron machacando a sus convecinos, estos catalanes que reprimían y ordenaban fusilamientos han desaparecido de la historia de los malos, aquellos catalanes que financiaban el golpe de estado o que posteriormente comenzaron la represión de postguerra en Barcelona, han pasado a la zona oscura, solo quedan en la escena los españoles malísimos, contra los buenos pueblos periféricos –dixit Maragall-. Resulta exageradamente burdo, pero en amplios sectores de población se instaló esta ignominia que se esparce entre los niños y la juventud. La derrota de Cataluña permitió que los catalanes escaparan a Francia, algo imposible en la derrota de Madrid, la gran golpeada y bombardeada durante la guerra, una de las ciudades que más bombas recibiera en el siglo XX. Tampoco pudieron escapar de Valencia, salvo pocos por mar.

El máximo dirigente de la Lliga, Francisco Cambó, estaba vinculado al gran capitalismo internacional, la guerra civil le sorprendió viajando por su yate por el Mediterráneo; desde el extranjero facilitó ayuda financiera a Franco’ citado por Ramón Tamames, ‘Historia de España Alfaguara VII’, Alianza Editorial 1973. Cambó no sintió simpatía por Franco, pero sí eligió apoyar el Movimiento. En el imaginario del catalanismo construirán la imagen de la derrota republicana en la guerra civil como si de una invasión de España a Cataluña se tratara, olvidando y escondiendo las tropas franquistas formadas por catalanes, y no solo en el Tercio Nuestra Señora de Monserrat, formado por cuatro compañías de fusileros, una de ametralladoras y las secciones de morteros y transmisiones, además de un cuerpo de tren, formando parte de la Brigada de Reserva del Ejército del Centro, integrado en la 74 División. El nacional catolicismo también existía en Cataluña, y la burguesía industrial y comercial, grandes propietarios de tierra, y medianos industriales, pequeños agricultores, artesanos… como es natural, todos ellos con intereses diferentes. Tras la batalla del Ebro, fuerzas nacionalistas catalanas y vascas, ERC y PNV, intentaron negociar con Franco por su cuenta, traicionando a la República, a la que restan apoyos, lo hacen tanto para buscar su mejor posición, como por la proximidad ideológica de muchos con la España nacional católica, lo cual otra vez tiene poco que ver con esa simplificación de pueblo español perverso a un lado y pueblo catalán maravilloso al otro.

Cataluña está decidida a triunfar, y a triunfar ahora, pese a quien pese y cueste lo que cueste. Quien se ponga delante de Cataluña en marcha será aplastado, como quien se pone delante de un ferrocarril, porque nosotros no podemos ni queremos detener la marcha del pueblo de Cataluña.
Francesc Cambó (1876 - 1947)

Para mejor entender la situación consideremos que en España se producían encarnizados enfrentamientos, al igual que dentro de Cataluña, lo cual es sinónimo de disparidad de intereses y cierto equilibrio de fuerzas parejas que pueden torcer resultados ahora a un lado, poco después a otro. La Lliga durante la República, era representativa de la burguesía, defendió sus intereses reaccionarios, en 1934 se opuso a los mayoritarios ‘rabbasaires’ obstruyendo la reforma agraria en Catalunya, la Ley Catalana de Contratos de Cultivos fue declarada inconstitucional, lo cual impulsó la proclamación de Companys del 6 de octubre de 1934. Tras las elecciones de 1936 desaparece pasando parte de su militancia a la zona franquista y apoyando a Franco posteriormente, igual que otros catalanes significativos -como Dalí, Pla, Samaranch, Porcioles, Gomis, algunos presidentes del Barsa, etc.- la lista sería larga, por cuanto estamos cerca de aquellos hechos y son conocidas personas con militancia franquista y nacionalista, pero del pasado lejano quedan pocos rastros por lo que es sencillo fabricar la idea de uniformidad en el pueblo, a pesar de su heterogeneidad, ahora y siempre, además de las fuerzas catalanistas, en los años treinta había otras de la derecha, no nacionalistas, monárquicos, secciones de la CEDA, del Partido Radical,…

Una idea básica del nacionalismo se configura a partir de considerar al pueblo como mercancía salida de una factoría, estandarizado, gentes unidas por el mero hecho de haber nacido en la misma fábrica, para aumentar su pegamento será conveniente crear un  enemigo común, porque pocas cosas unen más que soportar juntos las mismas afrentas, lógicamente ese pueblo por el mero hecho de nacer en tal lugar será moralmente bueno y valiente, contraponiéndose a los malos extranjeros, en este caso españoles. No importa que sea mentira, que resulte imposible encontrar en parte alguna un pueblo homogéneo, como se encarga de reflejar la historia, lo que importa es que repetido por todas partes una y mil veces calará, y si no fuera así el individuo sería expulsado de la tribu. El sentimiento de pertenencia dará seguridad y protección, si alguien duda, será causa de desafección, si quiere compartir sentimientos dentro y fuera, será alejado del grupo.

Durante la Guerra Civil, en mayo de 1937 en las calles de Barcelona se produjeron los hechos novelados por George Orwell en ‘Homenaje a Cataluña’, que dieron la vuelta al mundo. Milicianos anarquistas de la CNT y del POUM marxistas-antiestalinistas, sufrieron represión, acoso e ilegalización y combatidos por las fuerzas de la Generalitat. Y del PCE. –Andreu Nin fue posteriormente asesinado en una cárcel madrileña.- En el fondo latía el dilema de ganar la guerra para hacer la revolución, que defendían los comunistas o hacer la revolución para ganar la guerra, que era lo que defendían los revolucionarios. En zonas de Aragón y otras muchas de España, los anarquistas modificaban la propiedad y cultivo de la tierra repartiéndola durante la guerra, era una manera de poner en marcha la reforma agraria parcialmente fracasada de la República.

En Cataluña existía fuerte implantación anarquista –también en Andalucía- tradición de luchas contra la burguesía nacionalista y los propietarios de la tierra, y en aquellos primeros meses de guerra se sumó la dificultad que entrañaba para la República el carecer de un mando militar único en todo el territorio, lo cual favoreció a los golpistas que lo unificaron en Franco, la cuestión es que el golpe de estado en Barcelona se paró, por las fuerzas de seguridad y gracias al potente movimiento obrero, que organizado el día antes, llamó a la lucha haciendo sonar las sirenas de las fábricas. Pocos meses después, en mayo del 37 las fuerzas de la Generalitat quisieron acabar con la fuerza militar que representaban CNT y POUM, con fuerte implantación entre las bases obreras catalanas. Otra vez se desvanece la ilusión nacionalista, aparece un pueblo diverso, golpistas y quienes les apoyaban a un lado, en otro encontramos a burgueses nacionalistas y republicanos, al lado fuerzas sindicales y políticas socialistas y comunistas, un poco más allá aparecían con fuerza sectores obreros dispuestos a empujar la revolución.

                             
Procede de ‘Historia de España’ dirigida por Tuñón de Lara. IX. La crisis del estado: Dictadura, República, Guerra, (1923-1939). Editorial Labor 1981.


Cataluña es tratada como una colonia, según la lógica del derecho de conquista. 
Por otra parte, el estrangulamiento económico que practica el gobierno español.                                                           
Asamblea Nacional Catalana

 ‘‘La estadística no es el número de veces que los hombres reinciden en los mismos actos, aunque sin implicar que estos mismos hombres condenen, quizá, las cosas que realizan. Sirve para establecer las zonas de mayor afluencia de sucesos. Sirve, sobre todo, para cifrar los intereses materiales y espirituales de la humanidad. Y esto es lo que pesa en la historia. No me duele, pues, repetir, que ‘es esencial para determinar valores, riquezas y mentalidades’ y que ‘sin recurrir a él, a través de minuciosos análisis de precios, salarios, inclinaciones políticas y tendencias culturales, en imposible comprender nada’.

Nada, bien entendido. Imaginémonos que estudiamos un período, un reinado o un país. Es de escasísima importancia que nos fijemos en un aparatoso hecho militar o político. Dos derrotas sucesivas en los campos de batalla de este siglo no han mermado el peso de Alemania en el concierto europeo. Por definición ningún cuerpo institucional revela el rumbo de la historia…en cuanto a la medida ideológica, se puede incurrir en gravísimo error al afirmar que cinco, diez o veinte intelectuales, sea cual sea su talla mental representan un reinado, una sociedad o una generación…  ‘’

Jaime Vicens Vives. Aproximación a la historia de España. Prólogo 1960.

No hay comentarios:

Publicar un comentario