miércoles, 4 de julio de 2012

Rescate. Mentiras, y cegueras de visionarios. 1


La cumbre de finales junio parece que nos ha insuflado una bocanada de oxígeno, unos días de tranquilidad ante el aparente éxito de España e Italia, acunado y dirigido por los vientos de Hollande –que no olvidemos se apoya en aires de Obama-, pero no creo que se hayan resuelto los problemas que denuncian la prima de riesgo, a pesar de que pueda serenarse unos días. 

Realmente lo que se ha producido, y es bastante, ha sido un frenazo al absolutismo decisorio de Merkel y aliados, comenzando a formarse un frente de países del sur e intervenidos, apoyado en las políticas que abanderan el crecimiento, bajadas de tipos por el BCE y defensas de  inflación superior a la actual, -hasta doblarla-.

Sí, claro que puede verse el vaso medio lleno, a pesar de que muchas decisiones si se implementaran podrían ser positivas a largo plazo, pero nuestros problemas son  urgentes, además de a largo. Es verdad que la relajación de prima de riesgo y espuma de la cumbre puede hacer que algunas empresas vean algo de luz y tomar decisiones de inversión, y frenar algo el destrozo, ahora la inversión está desaparecida. Pero nunca olvidemos la situación de fondo, que muy resumida es:

a) Nuestras inmensas deudas no seremos capaces de pagarlas en muchos años, ¿quizás 20?, -el desapalancamiento va lentísimo y la deuda pública y déficits en aumento por la depresión que aumenta gastos y hace desaparecer ingresos-.  

b) La capacidad de crecimiento está atascada, y no para de hundirse más día a día, seguimos sin encontrar fondo en medio de una depresión, lo cual implica paro e incapacidad de reducir el déficit y

c) El sistema financiero no tiene capacidad de regenerarse por sí solo, porque muchas entidades están quebradas, o casi, el peso de la burbuja inmobiliaria no conseguirán levantarlo, sumado a las moras de la situación depresiva, el sistema no tiene capacidad de funcionar normalmente, conceder créditos a familias, pequeñas empresas, etc. lo cual tardará años, y para ello necesita del rescate que no es inmediato, ya veremos en qué condiciones y cuándo será disponible y a cuantos bancos/cajas salvará o enterrará.

Seguimos encaminados hacia un rescate país, o peor aún, porque como no será posible por sus enormes cifras, podría consistir en una intervención de nuestra política económica, muy superior a la actual, y sin las líneas de crédito suficientes y necesarias para sujetar lo que hoy conocemos como Estado español. Intervención que afectaría a sanidad, dependencia, pensiones actuales y futuras, condiciones de jubilación, impuestos y tasas, prestaciones sociales y desempleo, organización y administración del Estado, funcionariado, privatizaciones, mercado laboral, condiciones de trabajo, salarios, festivos, vacaciones, convenios, organización del sistema financiero…

Estas cosas nunca son de un día para otro, of course, no se cambia de blanco al negro sin pasar por los grises; un día hay dificultades para colocar una subasta del Tesoro, otro día no hay forma de colocarla a precios adecuados, al siguiente fracasan los ingresos y al otro se desmadran los gastos, otro día aparecen nuevos déficit y facturas pendientes, además se acaba el colchón estatal de metálico de 30.000 millones que tenemos para subsistir, etc. etc. de tal forma que la suma de hechos relevantes produce un salto cualitativo. Por ejemplo, en otoño.

Cabe la posibilidad de que Alemania y aliados centro-nórdicos, nos vendan tiempo, traten de engatusarnos, alarguen caminos y propuestas, para que antes del derrumbe total tengan tiempo de salvar sus bancos comprometidos con  préstamos a la banca o en compras de deuda soberana. Será poco probable ver una salida inminente a la situación sin que les haya dado tiempo a sacar su dinero y soltar las amarras para evitar que los arrastremos. Mientras esperamos esos 100.000 millones, que ya veremos cuando y en qué condiciones llegan ¿a usted no le da por pensar que, por qué nos van a dar 100.000 millones para salvar nuestro sistema financiero, si los pueden dedicar a salvar el suyo? ¿Acaso no pensarán que después de abrir el melón, pueden aparecer otros 100.000 millones? Al fin y al cabo el sistema financiero está cargado de arena y ladrillos sin casi valor y de deuda pública con enormes riesgos de sufrir una quita.

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