lunes, 23 de abril de 2012

Esperando a la socialdemocracia francesa. Lectura dominical. Y 2

De la lectura dominical de ‘El País’, destacaba ayer 2 artículos, hoy los otros dos. De un estadounidense, premio Nobel de Economía 2008, catedrático y gran divulgador y de un catedrático de Política Económica en la Universidad de Barcelona, de imprescindible lectura cada domingo para mejor comprender la crisis española y coautor de un gran libro sobre la crisis ‘La torre de la arrogancia’.

Por lo que dicen los dos artículos de ayer junto a lo que dicen estos dos de hoy es por lo que muchos esperamos que gane Hollande en Francia y a su rebufo la corriente socialdemócrata recobre fuerzas en Europa, las suficientes para frenar las políticas alemanas que representa la Sra. Merkel. Sin su empuje, hoy será imposible cambiar de política en Europa, con su victoria será dificilísimo, pero posible.

El suicidio económico de Europa. PAUL KRUGMAN 22 ABR 2012


… Es posible que recuerden que a finales del pasado otoño Europa parecía estar al borde de la crisis financiera, pero el Banco Central Europeo, homólogo europeo de la Reserva Federal estadounidense, acudió al rescate. Ofreció a los bancos europeos unas líneas de crédito indefinidas siempre que presentaran bonos de los Gobiernos europeos como garantía, lo que ayudó directamente a los bancos e indirectamente a los Gobiernos, y puso fin al pánico.
 

Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla
 

Piensen en la situación en España, que actualmente es el epicentro de la crisis. Ya no se puede hablar de recesión; España se encuentra en una depresión en toda regla, con una tasa de desempleo total del 23,6%, comparable a la de EE UU en el peor momento de la Gran Depresión, y con una tasa de paro juvenil de más del 50%.
 

… España no era derrochadora desde un punto de vista fiscal; en los albores de la crisis tenía una deuda baja y superávit presupuestario. Desgraciadamente, también tenía una enorme burbuja inmobiliaria, que fue posible en gran medida gracias a los grandes préstamos de los bancos alemanes a sus homólogos españoles. Cuando la burbuja estalló, la economía española fue abandonada a su suerte. Los problemas fiscales españoles son una consecuencia de su depresión, no su causa.
Sin embargo, la receta que procede de Berlín y de Fráncfort es, lo han adivinado, una austeridad fiscal aún mayor.
 

Esto es, hablando sin rodeos, descabellado. … semejantes programas sumen a las economías deprimidas en una depresión aún más profunda.
 

Lo que es realmente inconcebible es mantener el rumbo actual e imponer una austeridad cada vez más rigurosa
 

…Europa necesita más políticas monetarias expansionistas, en forma de buena disposición —una buena disposición anunciada— por parte del Banco Central Europeo para aceptar una inflación algo más elevada; necesita más políticas fiscales expansionistas, en forma de presupuestos en Alemania que contrarresten la austeridad en España y en otros países en apuros de la periferia europea, en vez de reforzarla. Incluso con esas políticas, los países periféricos se enfrentarían a años de tiempos difíciles, pero al menos existiría alguna esperanza de recuperación.
 

Por eso resulta difícil evitar una sensación de desesperación. En vez de admitir que han estado equivocados, los líderes europeos parecen decididos a tirar su economía —y su sociedad— por un precipicio. Y el mundo entero pagará por ello.

¿Qué más se puede hacer? ANTÓN COSTAS 22 ABR 2012 - 

 
Esta pregunta resume bien la desazón de muchos ciudadanos a la vista del castigo a la deuda española por parte de los mercados después de la presentación de los Presupuestos de Mariano Rajoy. Y, por lo que parece, esa fue también la pregunta que se hizo el propio Gobierno. Su reacción fue anunciar un recorte adicional de 10.000 millones de euros en sanidad y educación.
 

Un Gobierno templado no puede responder de forma tan extemporánea a la primera reacción visceral de los prestamistas. …
 

Sin duda, el Gobierno tiene que dar señales claras de compromiso con la estabilidad. Pero ha de hacerlo de forma que los problemas que crea la austeridad no sean mayores que los que resuelve. Y eso es lo que puede ocurrir con decisiones reactivas, obsesivamente focalizadas en el recorte de los gastos sociales. Los destrozos en los sistemas educativos y sanitarios públicos pueden ser de tal magnitud que difícilmente se podrán recuperar cuando las cosas mejoren. Eso hace de la austeridad a machamartillo una solución inequitativa.
 

Pero además la austeridad tampoco es eficaz. Como era de esperar por cualquier persona que aun no habiendo estudiado macroeconomía tenga sentido común, la austeridad compulsiva no funciona como salida a la crisis. Al contrario, la empeora, como estamos viendo con la recesión y el desempleo. Y cuanto más se insista en la receta, más se agravará la enfermedad.
 

La austeridad es necesaria, pero no es suficiente. Es necesario el crecimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario