jueves, 16 de junio de 2011

Algunos ya creen haberlo resuelto. Había alborotadores

Algunos ya creen haberlo resuelto. El tema de la violencia lo explican porque hubo: reventadores, agitadores profesionales, jóvenes antisistema, los pocos de siempre, etc. Pues bien para ellos si quedan tranquilos con esa explicación.

A mis amigos les decía esta tarde, que seguro que había todos esos tipos, pero que los mismos estaban allí hace 4 años y tenían otra repercusión entre la población que la que tendrán dentro de 2 años. Incluso, hace 4 años no tenían población gritando y ahora la tendrán permanentemente.

La realidad que yo discuto es diferente, la tesis que mantengo es que al margen de que existan alborotadores o reventadores, las bases materiales de un empeoramiento general en las condiciones de vida de millones de españoles van a llevar a este país a un aumento de la violencia y la agresividad próximamente. Basado en los puntos citados en días anteriores, a los que añado los siguientes:

1) Las condiciones generales de vida están empeorando a velocidad de crucero desde hace 3 años y aumentará su velocidad por la pérdida o reducción de ‘los salvavidas’ utilizados hasta ahora: Los ahorros de las familias se están secando y los del Estado empezarán a irse reduciendo por todos los salarios sociales, básicos o de inserción. Probablemente en el otoño sea visible la nueva situación.

2) El empeoramiento general, se notará primero en los sectores de parados y en los precarios, en los marginados, emigrantes… pero en breve empezará a notarse también en los fijos, con cada convenio o modificación, las patronales a la espera de que lleguen los suyos, están empujando sus reivindicaciones a tope en cada empresa y en cada sector, lo que hará ir saltando chispas en los movimientos obreros y sindicales tradicionales.

3) La situación de casi paz social que hemos vivido hasta ahora, solo puede tener una salida, hacia mayor violencia y no hacia mayor paz. Parece lógico pensar que en una crisis tan brutal y con tantas bases materiales alteradas, trabajo precario, paro, condiciones de contratación a la baja, falta de futuro para amplios sectores de jóvenes, miles de desahucios pendientes que mas que triplicarán los conocidos, probables oídos sordos de la ‘clase política’, probables turbulencias europeas con la deuda, con el sector financiero, con las subidas de tipos de interés, o con los resultados internos de miles de cierres empresariales por las deudas municipales y autonómicas y la falta de crédito que seguirá, y un largo etc.

4) No podemos olvidar que lo anterior se produce al tiempo que será visible por contraste los beneficios empresariales, los grandes bonus a banqueros y altos directivos de empresas del Ibex, la externalización del poder económico de estas mismas empresas que ya realizan gran parte de su negocio en el extranjero. La sensación de que siempre pagamos los mismos aumentará y se generalizará en amplias capas de población aumentando la indignación.

5) Así la furia en las respuestas sociales necesitará de pocos alborotadores para encontrar motivos, a los que se añadirá uno nuevo, que será el aumento de la represión policial, que calentará más los ánimos y elevará el número de los activistas. (Ojo hasta ahora, a la mesura del ministro del Interior, en comparación con los PP y CiU, que no es una tontería, para mantener la paz social dentro de límites soportables no querer incendiar cada foco de problemas).

6) Aumentará la violencia masiva de colectivos, de grupos, pero también la individual de pandas, mafias, ladrones, que atentarán contra los más débiles, como ya empieza a ser perceptible en robos a ancianos, cables, cobre, pomos de latón, urbanizaciones, coches, etc. etc.

Nos estamos jugando la cohesión social de este país, y seguimos sin acuerdos en nada, con una sensación de lentitud en todos que da pavor, sin un plan urgente de empleo, sin siquiera divisar expectativas de por donde se podría actuar, sin una movilización de los partidos que hagan ver que empiezan a escuchar la voz de la calle. Los acuerdos de convenios no son solamente el futuro salarial y de condiciones de trabajo, llevar a la mitad de españoles a la precarización es aceptar que la violencia pueda estallar.

Así que si algunos quieren tranquilizarse porque han descubierto que hay alborotadores apañados vamos. Y todo lo anterior es susceptible de empeorar con mayor probabilidad que mejorar. No, yo no creo que hayamos tocado el fondo.

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