martes, 11 de enero de 2011

Hospital Getafe. CCOO no facilita su e-mail

Me dirigí a los despachos de las centrales sindicales del hospital, para pedirles un e-mail donde pudiera remitirles un escrito con mis opiniones sobre un incidente surgido en urgencias, indicándoles que me parecía lógico que los sindicatos conocieran una opinión relativa al mismo. A los que pedí, me dieron su e-mail, amablemente. Salvo el representante de CCOO que me contestó que ‘el correo no se daba a particulares’ ¡!!!.

La respuesta me dejó descolocado unos segundos, y volví a explicar que pretendía mandarlos un escrito con opiniones sobre la actuación de una trabajadora de urgencias. La siguiente retahíla ya me puso en guardia, ‘que le llevara el escrito en mano y ya verían, que su correo no lo daban a nadie ajeno…’ como le debió parecer una insensatez lo que estaba diciendome intentó justificarlo, pero salí pitando asustado de comportamiento tan burocrático y antigüo en la izquierda, ‘mira no tengo tiempo, si no me das un email para que te mande un escrito pues no pasa nada, adiós'.

Tengo familiares, amigos y ex colegas que pertenecen a CCOO, muchos como dirigentes, como los tengo de UGT y otras siglas sindicales y políticas), además de por mi propia experiencia, entiendo de sobra que no todo el mundo en una organización o colectivo se comporta igual, que los puntos negros o blancos de unos no son extensivos a todos, ni por tanto se debe generalizar el comportamiento de un militante, ni de un grupo de ellos.

Tuve un problema de atención informativa (la sanitaria fue excelente) en el Hospital de Getafe y me pareció que debía hacer una reclamación, pero entendí que mejor que encerrarla en la forma habitual, era más provechoso hacerla por este medio y desarrollar ampliamente mi opinión, ya que otras personas no pueden hacerlo y callan a veces, por miedo o no tener posibilidades. Volqué mis opiniones en el post de ese mismo día 28 de diciembre y en otro posterior.

Bueno, y cuál es el problema? Pues que es una pena que en un despacho de CCOO la persona que allí está como representante del sindicato niegue una dirección de contacto a alguien interesado en comunicar con ellos. Es muy difícil tener que explicarle a alguien que representa a una entidad que se supone abierta a la ciudadanía, que la red, internet, en los tiempos que vivimos facilita enormemente las comunicaciones, informaciones, relaciones, de forma gratuita y sin compromiso.

En mis tiempos, a cualquiera que nos dijera algo, automáticamente le dábamos teléfonos, tomábamos los suyos, intentábamos mantener un contacto con cualquier persona interesada en algo. Hombre, yo entiendo que las sucesivas oleadas de militantes que han sido cribados en las purgas de izquierda política o sindical, han apartado a unos cuantos miles de activistas de las primeras filas, dando paso a los afines a la opción ganadora de turno, que no siempre todos ellos son militantes abiertos y preparados para abrir los brazos a los trabajadores, comportándose algunos mas como porteros de disco que como sindicalistas, pero no puedo olvidar que estaba en un despacho representando a CCOO.

No creía necesario defender aquí y ahora, entre militantes, la necesidad de relación de los políticos y sindicalistas con la ciudadanía, que hoy resulta sencilla a través de internet, porque daba por supuesto que estaba asumido en el mundo rojiverde, pero me equivocaba. Hay mucho joven antiguo por la vida, (el susodicho tiene menos edad que yo) y no se ha enterado que la red forma parte de la base imprescindible de funcionamiento social y si no utilizamos internet con las ventajas de comunicación que ofrece, mejor nos reciclamos porque somos una rémora para nuestra organización.

El mejor favor que podría hacer a este hombre y a otros izquierdistas parecidos, es recomendarles que lean urgentemente el libro de Ramón Cotarelo, ‘La política en la era de internet’, que ya glosara aquí. Y quizás que le den un cursillo de actualización de relaciones sociales en el cual muestren que CCOO a través de la red se mueve, difunde y relaciona con el resto del mundo.

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