viernes, 21 de enero de 2011

ERE a la izquierda 2 . Comentarios a submundo de izquierda

De mi amigo Pepe

La situación de una parte de la izquierda es: un discurso ultra radical, ultra crítico, hermético, auto referido (siempre las mismas fuentes, los mismos sujetos, las mismas ideas, dando vueltas y más vueltas), y, a la postre, bastante inútil.

En todo ese mundillo hay una vocación esotérica: crear mensajes para muy pocos, para los iniciados, los escogidos (¿por quién?) para la gran tarea.
Y una vocación inquisitorial: el peor enemigo es el que era amigo hasta ayer; el que se aparta de la secta; el hereje...

De acuerdo con lo que dices, pero yo añadiría otro ingrediente más: el tiempo, al que cada vez doy más importancia (debe ser porque soy cada día más consciente de que me queda menos): gran parte de ese discurso ultra radical está impelido por la impaciencia y la impaciencia con la impotencia dan una mala mezcla.

Cada vez tengo más claro - y he vuelto a intentar escribir algo sobre los años 60 en USA, es una pieza que me falta, para poner un poco de orden en la cabeza- que detrás de la aparición de los sucesos, lo conocido, la noticia, sobre políticas y movimientos públicos, hay largos períodos de gestación, fuerzas latentes que actúan de forma imperceptible, o poco perceptible (sobre todo cuando se atiende a lo llamativo e inmediato), durante mucho tiempo.

Lo tenemos ahora, con la crisis y las ideas dominantes, de las que cada vez hablan más autores. El otro día -hace tres o cuatro- Estefanía, en El País, escribía sobre eso (antes Sol Gallego), y me pareció percibir alguna influencia del libro sobre Reagan, o quizá sea que nos movemos en el mismo ámbito, partimos de posiciones parecidas y bebemos de las mismas fuentes.

En todo caso, esas ideas, y las prácticas consiguientes están ahí, formuladas y difundidas con tenacidad desde hace un montón de años, porque, además de contar con medios financieros, han encontrado (y también lo han creado) un público que las necesitaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario