viernes, 5 de febrero de 2010

Que pasa aquí, en la política

Al margen de los aspectos económicos de la crisis tocados en otras ocasiones, conviene mirar otro aspecto del problema, el político. Durante años lo que llamaríamos izquierda de este país hemos visto como el presidente de gobierno metía la pata y ante las presiones de la derechona y la descarnada crispación, no hemos querido hacer mas leña y hemos pasado templando gaitas, reduciendo las críticas para disminuir presiones al socialismo, siempre con la esperanza de que fueran errores que iría corrigiendo y mejorando etc. etc.

La responsabilidad del PP en la crispación evitando cualquier debate conducente a buscar soluciones a los problemas ha sido escandalosa. Desde las declaraciones del crispador titulado de primera Sr. Aznar, constantes contra España y el presidente del gobierno culpándolo de todos los males, hasta la vaguería del Sr Rajoy, hemos asistido por parte del PP en estos años a la cruda búsqueda y conquista del poder ya que nunca aportaron plan o proyecto que pudiera mejorar cualquier situación, ni los importó, lo cual nos arrimó más de lo que hubiéramos querido al Presidente. Conocemos de los populares la crítica a la ceguera de Zapatero para ver la crisis desde las elecciones, pero en las que el PP presenta su programa electoral en el que prometían crecer creando el mismo empleo prometido por el PSOE.

Debemos buscar explicaciones en las filas del PSOE. Desde la primera legislatura se han producido bandazos, pero en una época de bonanza todo es fácilmente digerible, a pesar de que se cometan errores, mientras hay trabajo todo se acepta más favorablemente por los electores. Cuando el trabajo falla los electores dejarán de apoyar a los gobernantes que identifican con errores y vaivenes y tanto da que sean o no culpables, el futuro político del PSOE parece que se agravará, como la vida de millones de personas, porque la situación puede empeorar todavía mas en 2010, en el que hay previsiones de que aun falta por aflorar una bolsa de parados superior al medio millón de personas, mientras los recursos se agotan y el tiempo posible de recuperación de empleo se aleja varios años.

La realidad política ha conducido a los gobernantes a un camino que no querían y a nosotros nos ha empujado a adoptar posturas que hoy son difíciles de seguir manteniendo. El Sr. Rodríguez Zapatero, es un individualista poco dado a trabajar en equipo y a fomentarlos, lo cual es poco recomendable para tareas de decisión. Por si lo anterior fuera poco, el presidente no tiene discurso y por tanto le resulta difícil encajar las piezas de cada movimiento que realiza y así ante el público aparecen bandazos, y el público no solo son los otros partidos y los electores, también son los organismos internacionales, otros gobiernos, inversores internacionales, especuladores globales, lo que algunos llamarían capitalismo globalizado...

Los partidos políticos, deben asumir su papel de intelectual colectivo. Solo colectivamente será posible encontrar salidas, discutir planes y proyectos y perfilar vías de actuación que con un conveniente discurso aparezcan como políticas sólidas y creíbles ante todos. Este papel de los partidos fue abandonado en la etapa del Sr. Rodríguez Zapatero, el cual no practica este espíritu de trabajo en equipo ni en el Partido ni en el Gobierno y así nos encontramos con pocas voces, trabajos, estudios, y propuestas, quedando muchas veces limitado a las medidas que salen de su boca.

El presidente toma las decisiones, es razonable, pero sería lógico que antes fueran discutidas y consensuadas entre el gobierno y previamente por los equipos de trabajo cada ministerio, que a su vez deberían tener informes y estudios de equipos externos, de universidades, comisiones parlamentarias, de partidos políticos, fundaciones, servicios de estudios…

Lo que aparece a la luz pública en demasiadas ocasiones es que hay medidas del gobierno que anuncia su Presidente y que desconoce alguno de sus ministros y por supuesto el partido que lo sustenta. Lo que aparece a la luz pública es que hay medidas y contramedidas, idas y vueltas que no fueron explicadas ni en una ni en otra dirección. Lo que aparece públicamente es que hay excesivo personalismo en el Sr. Presidente. Y claro que desde fuera se perciben imprecisiones, vaivenes, ocurrencias y falta de línea, falta de discurso, falta de proyecto, o bien porque no lo hay o bien porque no se da a conocer literariamente.

La sensación de estar dando tumbos es real, la crítica que hacen al presidente desde medios y partidos, será mejor o peor formulada, pero se apoya en aspectos reales, el fondo de la crítica es que se producen demasiadas rectificaciones, de cuestiones que dicen y dijeron. La última es la rectificación realizada en el documento del ministerio de Economía remitido a Bruselas ayer. Pero, ni es la única modificación en documentos, ni es la única modificación en políticas.

España estaba posicionada en la cadena mundial entre los primeros 10 o 15 puestos, dependiendo de los tipos de medición y de las cuestiones medidas. Parece evidente que se vislumbra una considerable caída, como ya he citado en otras ocasiones, situada entre un 15 y 30 % por diversos analistas, entre ellos Paúl Krugman que habla de colapso económico de España. La cuestión planteada es importante ¿Cual será la posición relativa de España en el mundo? y dependerá de que su gravedad pueda aumentar por sí misma y por lo que suceda con el resto de países, si caerán más o menos, o si crecerán más o menos.

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